Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
31 —<br />
respon<strong>de</strong>. Si la locución es correcta, por haberse usado <strong>de</strong> voces propias<br />
y castizas, guardándose a<strong>de</strong>mas la precisión conveniente , <strong>de</strong> modo que<br />
ni ha ya habido escesiva profusión <strong>de</strong> palabras, ni <strong>de</strong>masiado laconismo;<br />
si se' ha observado en la colocacion <strong>de</strong> estas una coordinacion regular y al<br />
mismo tiempo armoniosa .; si entre la materia <strong>de</strong>l discurso y la exornacion<br />
<strong>de</strong>l estilo se advierte la correspon<strong>de</strong>ncia y oportunidad tan precisa y necesaria,<br />
como dificil <strong>de</strong> cumplir, segun la sentencia <strong>de</strong> Ciceron , y finalmente,<br />
si se nota una perfecta simetría en el cuadro <strong>de</strong> la composicion<br />
oratoria, podrá <strong>de</strong>cirse que su autor ha hecho una obra elegante. « Quw<br />
maximé ad ornaban orationis pertinere arbitro). <strong>de</strong> singulorum lau<strong>de</strong> verborum,<br />
<strong>de</strong> con)* unctione eorum, <strong>de</strong> numero et forma.» Cie. <strong>de</strong> Orat. lib. 3.<br />
Pero esta regularidad y esta simetría tienen sus límites, que no pue<strong>de</strong>n<br />
traspasarse sin caer en la afectacion y en la monotonía. La obra <strong>de</strong>l orador<br />
ha <strong>de</strong> manifestar mucha facilidad en su ejecucion, que es lo que los retóricos<br />
admiran en las oraciones <strong>de</strong> Ciceron, como una <strong>de</strong> sus mas apreciables.bellezas;<br />
pues si los oyentes se aperciben <strong>de</strong> que el discúrso no se<br />
concibió y arregló sin mucho esfuerzo y combinacion ; si advierten por<br />
todas partes la mano <strong>de</strong>l autor arreglando con nimia escrupulosidad las<br />
proporciones reglamentarias, y lo ven solícito con sumo ahinco en cumplir<br />
rigorosamente todos los preceptos <strong>de</strong>l arte, se fatigan tambien, y parti–<br />
cipan <strong>de</strong> la angustia <strong>de</strong>l orador, estimando en menos su obra y su ingenio.<br />
Capmani á quien no puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> citar , con repetición en un<br />
que<br />
supo , tratar con mucho gusto y acierto nos dice: « «que que , la espresion<br />
mas brillante pier<strong>de</strong>' su mérito siempre que se <strong>de</strong>scubra el arte, porque<br />
este estudio nos manifiesta un escritor mas ocupado <strong>de</strong> sí mismo, que <strong>de</strong>l<br />
asunto que trata, y como la afectacion <strong>de</strong>l estilo daña tambien á la espresien<br />
<strong>de</strong>l sentimiento, pa<strong>de</strong>ce necesariamente la verdad.» •<br />
Malógrase la elegancia tanto por falta como por esceso <strong>de</strong> adorno.<br />
Cuando el estilo es árido ó <strong>de</strong>saliñado, y carece <strong>de</strong> todo engalanamiento,<br />
tiene indispensablemente una cru<strong>de</strong>za <strong>de</strong>sagradable , ó como suele comunmente<br />
<strong>de</strong>cirse, no se pega al oído, en términos que por mas interesante<br />
que sea la materia, se cansa muy pronto el auditorio , y aparta su<br />
atención <strong>de</strong>l discurso. En el sentido opuesto, cuando se nos presenta un<br />
raciocinio anegado en la pompa <strong>de</strong> los a<strong>de</strong>rezos ; cuando á fuerza <strong>de</strong> haber<br />
sobrecargado un discurso <strong>de</strong> imágenes, figuras y <strong>de</strong>3cripciones, que-<br />
' dan como eclipsadas y oscurecidas las i<strong>de</strong>as esenciales <strong>de</strong>l asunto, y tan<br />
encubiertas las formas que constituyen la estructura <strong>de</strong> la oracion , que<br />
apenas pue<strong>de</strong>n distinguirse; ó cuando los adornos se han distribuido sin