Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
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rácter usurario <strong>de</strong> un contrato, se arguye con el hábito ,<strong>de</strong> cometer otros<br />
actos <strong>de</strong> igual especie ; ¿quién no advertirá cuánto peso adquiere la prueba<br />
, y cuánto se hermosea al mismo tiempo el discurso con la pintura viva<br />
v enérgica <strong>de</strong>l influjo y po<strong>de</strong>río <strong>de</strong> la costumbre por una parte , y <strong>de</strong><br />
lo odioso y perjudicial <strong>de</strong> la usura por la otra?<br />
Bien satisfecho <strong>de</strong>be estar el letrado que llegase á poseer el talento<br />
precioso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sentrañar el carácter filosófico <strong>de</strong> cada accion: <strong>de</strong> apreciar<br />
con exactitud su sentido moral : <strong>de</strong> incluir el interés particular <strong>de</strong> sus<br />
clientes en el bien comun y universal <strong>de</strong> la sociedad, aplicándoles con<br />
naturalidad y sin violencia razones y principios generales <strong>de</strong> conveniencia<br />
pública ; en suma , <strong>de</strong> manejar con tino , gusto y oportunidad los lagares<br />
comunes ; porque sus oraciones serán floridas , amenas y muy persuasivas,<br />
y se hallará siempre provisto <strong>de</strong> un tesoro copioso <strong>de</strong> reflexiones<br />
con que esforzar sus <strong>de</strong>fensas , <strong>de</strong>leitando al mismo tiempo al auditorio.<br />
Pero no todos pue<strong>de</strong>n preciarse <strong>de</strong> poseer esta facultad, que por el<br />
contrario es tan apetecible é importante como rara ; porque el estudió no<br />
es suficiente para adquirirla , si la naturaleza no ha favorecido al orador<br />
con cierta disposicion natural , que consiste en un discernimiento muy<br />
penetrante y exacto, en una imaginacion tan fecunda como varia , y en<br />
una sensibilidad tan viva como esquisita y <strong>de</strong>licada. El que no reconozca<br />
en sí estos dotes , y <strong>de</strong>spues <strong>de</strong> bien medidas sus fuerzas , no se sienta<br />
con una actitud privilegiada y con medios suficientes para aprovecharse<br />
<strong>de</strong>l recurso estraordinario que se halla en los tópicos , le conviene mejor<br />
abstenerse <strong>de</strong> usarlos ; porque para <strong>de</strong>scribir y pintar sin gusto ni <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za<br />
; para <strong>de</strong>cir vulgarida<strong>de</strong>s , reflexiones pueriles , y frases incoherentes,<br />
que no harian mas que dar cansancio y tedio, es mejor ceñirse<br />
á la esposicion sencilla <strong>de</strong>l hecho , proponiendo todas sus circunstancias<br />
con llaneza y exactitud, y <strong>de</strong>jando abandonada á la perspicacia y penetracion<br />
<strong>de</strong> los jueces la calificacion <strong>de</strong> sus caracteres. ¿Cuánto no es <strong>de</strong><br />
preferir un estilo llano, sencillo , y aun si sé , quiere árido, á los partos<br />
estravagantes <strong>de</strong> una imaginacion <strong>de</strong>sarreglada , que sin ir enca<strong>de</strong>nada<br />
y dirigida por un juicio recto y sólido, y auxiliada <strong>de</strong> un fuego <strong>de</strong>clamatorio,<br />
que por <strong>de</strong>sgracia se confun<strong>de</strong> frecuentemente con la verda<strong>de</strong>ra<br />
sensibilidad , atesta un discurso <strong>de</strong> imágenes ridículas , comparaciones<br />
inconexas y esclamaciones <strong>de</strong>satinadas y chavacanas? Es un error<br />
creer que el mérito <strong>de</strong> la locucion está en entretejer el discurso <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as<br />
estraordinarias , que choquen por la novedad y la rareza , y presentarlas<br />
con voces pomposas , abstractas y enigmáticas. Los buenos maestros no