Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
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órganos que constituyen la voz , ó <strong>de</strong> malos hábitos contraidos , unas veces<br />
por negligencia , y otras por afeminacion , que llegan á arraigarse <strong>de</strong><br />
tal manera, que <strong>de</strong>spees es imposible corregirlos, sobre lo cual <strong>de</strong>be vivir<br />
muy prevenido el que hace profesion <strong>de</strong> hablar en público.<br />
La articulacion <strong>de</strong>be ser clara , en términos que los oyentes puedan<br />
percibir distintamente todas y cada una <strong>de</strong> las sílabas que componen cada<br />
palabra ; pero no ha <strong>de</strong> ser forzada, porque entonces se convierte en<br />
dura y <strong>de</strong>sagradable. Por lo comun ha <strong>de</strong> ser flexible , suave y enérgica,<br />
mas alguna vez conviene que sea fuerte , como cuando se ha <strong>de</strong> espresar<br />
un sentimiento vivo y doloroso, se ha <strong>de</strong> proponer una queja, ó se<br />
ha <strong>de</strong> hacer una reconvencion airada.<br />
Para articular distintamente no se ha <strong>de</strong> hablar con precipitacion y volu<br />
►ilidad , porque la accion <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong>-la voz tiene sus períodos,<br />
que no se pue<strong>de</strong>n saltar sin que resulten confusion y <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>n. Son muy<br />
raras las personas á quienes la naturaleza haya dado una organizacion<br />
tan perfecta, que aunque hablen rápidamente, conserven una buena articulacion<br />
, y comunmente todo el que habla con precipitacion <strong>de</strong>ja en<br />
tinieblas á su auditorio sobre una gran parte <strong>de</strong> sus conceptos. No pretendo<br />
<strong>de</strong>cir con esto , que se haya <strong>de</strong> articular con langui<strong>de</strong>z, contando<br />
y pesando las palabras y las sílabas , porque sobre ser esta pronunciacion<br />
insípida y molesta para los oyentes , es incompatible con la vehemencia<br />
que requiere la espresion <strong>de</strong> ciertos pensamientos <strong>de</strong>l discurso. Entre la<br />
espresion y el pensamiento <strong>de</strong>be haber cierta armonía. Hay unos conceptos<br />
que <strong>de</strong>ben espresarse con lentitud, adquiriendo en ello el discurso<br />
peso y dignidad ; y hay otros en que el alma acalorada se ha <strong>de</strong> mostrar<br />
impaciente <strong>de</strong> dar <strong>de</strong>sahogo á su agitacion, y exhalar el fuego que la<br />
<strong>de</strong>vora. Con la observacion y el ejercicio se adquiere prontamente el hábito<br />
<strong>de</strong> dar á cada pensamiento el tono y la articulacion que le competen.<br />
§. 111.<br />
Acento oratorio.<br />
En la pronunciacion se distinguen tres clases <strong>de</strong> acento: á saber , el<br />
provincial , el gramatical y el oratorio. El primero es un vicio ó <strong>de</strong>fecto<br />
que se contrae por imitacion en algunos paises , cu yos habitantes tienen<br />
un acento particular. Sobre este nada tengo que <strong>de</strong>cir, sino que los que<br />
no vean la posibilidad <strong>de</strong> corregir este <strong>de</strong>fecto habitual, que regular-