Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
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LX<br />
mo tiempo proposiciones contradictorias y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r intereses opuestos<br />
(1). ¿Luego, cómo ha <strong>de</strong> parecer estraño que los. rechazase <strong>de</strong> su<br />
seno un tribunal, don<strong>de</strong> brillaban la integridad, la justificacion, el<br />
<strong>de</strong>coro y la verdad?<br />
No por esto <strong>de</strong>jaba la <strong>elocuencia</strong> <strong>de</strong> mostrarse triunfante en aquel<br />
mismo senado y con mas latitud todavía en los <strong>de</strong>mas tribunales <strong>de</strong><br />
Atenas. Sabido es que en aquella. república, aparte <strong>de</strong>l areopago, ejercian<br />
la autoridad judicial otros diez tribunales, <strong>de</strong> los cuales cuatro<br />
conocian <strong>de</strong> los homicidios comunes y seis <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mas causas civiles<br />
y criminales, y en todos ellos se ejercia con toda franquicia y sin<br />
ninguna restriccion el <strong>de</strong>recho sagrado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa. Las partes interesadas<br />
discutian por sí mismas sus pretensiones; pero por lo comun<br />
no hacian mas que recitar las obras preparadas por los hombres <strong>de</strong>l<br />
arte y <strong>de</strong>spues que habian concluido tomaban la palabra á su nombre<br />
los oradores que escogian para patrocinar sus causas () ; cuyo noble<br />
ministerio no rehusaban ejercer en el foro los hombres mas distinguidos<br />
por sus talentos oratorios, sirviendo <strong>de</strong> confusion á los que se introducian<br />
á <strong>de</strong>sempeñarlo innoblemente; y estos eran <strong>de</strong> ordinario<br />
sus ensayos para presentarse <strong>de</strong>spues en la tribuna política , como lo<br />
acreditan las oraciones judiciales <strong>de</strong> Temístocles, Antifon, Demóstenes,<br />
Iseo y otros.<br />
Cierto es que la filosofía alzaba 'la voz contra los abusos que se notaban<br />
alguna vez en estas <strong>de</strong>fensas; ¿pero la censura <strong>de</strong> lo que acaeciese<br />
<strong>de</strong> vicioso en ellas alcanzaba ni podia esten<strong>de</strong>rse al recto ejercicio<br />
<strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra <strong>elocuencia</strong> ? Oigamos á Platon , el mas severo<br />
<strong>de</strong> los filósofos griegos, sobre cuya autoridad funda tambien Filiangieri<br />
sus objeciones. Qui judicaturi sunt, pullo modo litigantes<br />
pormittant, aut jurare persua<strong>de</strong>ndi causa, aut turpiter supplieare,<br />
aut conmiseratione muliebriter uti; sed quo(' justum putant, mansuete<br />
doceant, et.docentem audiant. Quod si ab his aberrat, ad rem<br />
magistratu reducantur (3) . Y en esta sentencia: ¿qué es lo que se<br />
contiene para <strong>de</strong>ducir que aquel gran maestro <strong>de</strong> la • filosofía antigua<br />
(1) Cicero Orator C. 18.<br />
(2) Demosth. en NeTr. p. 865. Esehin. <strong>de</strong> fals. leg. p. 125.<br />
(3) De legibus Dialog. 12.