Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
Elementos de elocuencia forense / Pedro Sainz de Andino
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LXI<br />
proscribiera la oratoria <strong>de</strong> los tribunales? Jamás esta ha autorizado como<br />
medios <strong>de</strong> persuasion, ni interponer el juramento en los raciocinios<br />
ni solicitar por vías torpes la <strong>de</strong>ferencia <strong>de</strong> los jueces, ni enternecer—<br />
los con llantos femeniles, que es 16 que Platon reprueba; lo que el<br />
orador judicial se propone es mostrar la justicia á los jueces é inclinarlos<br />
á que reciban con-benevolencia estas pruebas, y esto es lo que<br />
tambien les prescribe Platon, como su primer <strong>de</strong>ber.<br />
Concluyamos este punto, en que hemos sido mas difusos <strong>de</strong> lo que<br />
correspondía á la estrechez <strong>de</strong> este discurso, por el respeto que se <strong>de</strong>be<br />
á las instituciones y á la autoridad doctrinal <strong>de</strong> un pais, en que se pusieron<br />
los cimientos <strong>de</strong> la civilizacion europea. Con lo espuesto nos parece<br />
bien comprobado que la <strong>elocuencia</strong>, segun nosoti .os la enten<strong>de</strong>mos,<br />
y en la forma que la queremos para nuestro foro, ni estuvo<br />
proscrita en Grecia, ni fue reprobada por sus filósofos, sino que antes<br />
bien estaba admitida en sus tribunales y se miraba como indispensable<br />
el ministerio <strong>de</strong> los oradores para la ilustracion <strong>de</strong> las cuestiones <strong>forense</strong>s<br />
y la buena <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los interesados. ¿No fue Atenas.la verda<strong>de</strong>ra<br />
y primitiva cuna <strong>de</strong> este arte sublime? ¿no fué en su foro y en<br />
su tribuna don<strong>de</strong> se formaron los gran<strong>de</strong>s mo<strong>de</strong>los que todavía nos<br />
llenan <strong>de</strong> admiracion , tanto como nos enseñan y nos ilustran? ¿<strong>de</strong><br />
dón<strong>de</strong> se han sacado los primeros documentos <strong>de</strong>l arte oratorio, sino<br />
<strong>de</strong> las observaciones hechas sobre los discursos <strong>de</strong> los oradores griegos?<br />
¿y cuál ha sido en fin, la fuente, don<strong>de</strong> Ciceron bebió su luminosa<br />
y admirable doctrina, sino la escuela práctica <strong>de</strong> los Atenienses?<br />
No nos <strong>de</strong>be merecer igual atencion y proligidad la referencia que<br />
tambien se hace <strong>de</strong> los lejanos pueblos <strong>de</strong>l Oriente, don<strong>de</strong> no está en<br />
práctica la oratoria dél foro, para sacar otro argumento contra ella,<br />
porque consi<strong>de</strong>ramós que tratándose <strong>de</strong> lo que conviene adoptar ó rechazar<br />
en nuestras prácticas judiciales no <strong>de</strong>bernos buscar mo<strong>de</strong>los<br />
en los estatutos y hábitos <strong>de</strong> un pueblo tan poco conocido <strong>de</strong> los europeos,<br />
como la China, y <strong>de</strong> costumbres tan diferentes <strong>de</strong> las nuestras.<br />
¿Qué tiene <strong>de</strong> estraño que unos jueces á quienes se ocultan muchas<br />
veces los nombres <strong>de</strong> los litigantes, esten tambien privados <strong>de</strong> ver ilustrarlas<br />
las cuestiones legales por un orador elocuente? Añá<strong>de</strong>se á esto<br />
que lejos <strong>de</strong> tener por un hecho incontestable que en aquel imperio no