La transmisión de valores a menores - Ararteko
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II I<br />
<strong>La</strong> Transmisión <strong>de</strong> Transmisión Valores a Menores. <strong>de</strong> Valores Informe a la Juventud Extraordinario <strong>de</strong>l <strong>Ararteko</strong><br />
A este respecto, tal y como po<strong>de</strong>mos observar en la tabla, <strong>de</strong>l mismo modo que sucedía<br />
con el comportamiento a<strong>de</strong>cuado, las chicas se ven más favorecidas en comparación con<br />
los chicos, ya que a éstas se les explica con calma por qué la conducta no era la a<strong>de</strong>cuada<br />
en un 60,6% <strong>de</strong> casos, mientras a los chicos lo hacen en un 53,5%. <strong>La</strong>s/los madres y padres<br />
mantienen a<strong>de</strong>más esta misma diferencia <strong>de</strong> porcentaje a la hora <strong>de</strong> amenazar con<br />
castigos que terminan por no cumplirse. De manera que las chicas consiguen evitarlos<br />
más frecuentemente que los chicos.<br />
Sin embargo, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>l sexo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinatarios <strong>de</strong> esta actitud materna/<br />
paterna, el alto porcentaje <strong>de</strong> <strong>menores</strong>, en términos globales, que no experimenta consecuencia<br />
alguna <strong>de</strong> su comportamiento ina<strong>de</strong>cuado, requeriría al menos <strong>de</strong> una mayor<br />
refl exión. Y es que precisamente en una sociedad cada día más individualista y competitiva<br />
en la que nos regimos con mayor frecuencia por los “quiero” que por los “<strong>de</strong>bo”, o<br />
en la que aludimos con mayor frecuencia a los <strong>de</strong>rechos más que a los <strong>de</strong>beres, resulta<br />
incuestionable la importancia y necesidad <strong>de</strong> la interiorización <strong>de</strong> <strong>valores</strong> tales como la responsabilidad<br />
tanto individual como colectiva. Para lo cual, ser consecuentes <strong>de</strong> nuestros<br />
comportamientos o, lo que es lo mismo, conocer y asumir las consecuencias <strong>de</strong> nuestras<br />
conductas y actitu<strong>de</strong>s ha resultado ser conditio sine qua non en el proceso madurativo<br />
integral <strong>de</strong> la persona.<br />
Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista psico-educativo, no <strong>de</strong>bemos olvidar que uno <strong>de</strong> los principales<br />
objetivos <strong>de</strong> este proceso es hacer <strong>de</strong> nuestras/os <strong>menores</strong> personas autónomas y competentes<br />
en los diversos ámbitos <strong>de</strong> vida. Para ello, resulta altamente recomendable que<br />
las consecuencias <strong>de</strong> nuestros actos faciliten un aprendizaje directo relacionado con la<br />
conducta <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nante <strong>de</strong>l mismo, circunstancia que si bien surge <strong>de</strong> manera espontánea<br />
en un ambiente natural, requiere <strong>de</strong> un análisis previo cuando es generada <strong>de</strong> manera<br />
artifi cial en el ámbito familiar.<br />
Precisamente esta ausencia <strong>de</strong> relación entre comportamiento y consecuencia tiene lugar<br />
con el uso <strong>de</strong> la bofetada como método <strong>de</strong> aprendizaje. Tal y como consta en la Tabla 98,<br />
esta técnica se utiliza a<strong>de</strong>más el doble <strong>de</strong> veces con los chicos que con las chicas, a las<br />
cuales en contraposición, tal y como hemos mencionado previamente, se les <strong>de</strong>dica más<br />
tiempo a explicar pacientemente el motivo <strong>de</strong> su error.<br />
Al margen <strong>de</strong> otras consi<strong>de</strong>raciones, el uso <strong>de</strong> la bofetada, a pesar <strong>de</strong> proporcionar unas<br />
consecuencias reales y prácticas <strong>de</strong> las que carece la mera amenaza <strong>de</strong> castigo, no fomenta<br />
el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> aptitu<strong>de</strong>s y competencias como la refl exión, el análisis crítico, la comunicación,<br />
ni la resolución <strong>de</strong> confl ictos o diversas técnicas <strong>de</strong> afrontamiento, entre otras, necesarias<br />
para el <strong>de</strong>sarrollo integral <strong>de</strong> la persona que, a<strong>de</strong>más, asumimos están presentes en<br />
estas eda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>bieran ser potenciadas <strong>de</strong> manera tanto teórica como práctica (mediante<br />
el aprendizaje vicario) por madres y padres, ya que son estas/os últimas/os principales responsables<br />
<strong>de</strong> la educación <strong>de</strong> sus hijos y por tanto, referentes y mo<strong>de</strong>los a seguir.<br />
Con la intención <strong>de</strong> medir las consecuencias <strong>de</strong> los diversos estilos <strong>de</strong> afrontamiento <strong>de</strong><br />
madres y padres a la hora <strong>de</strong> resolver las difi culta<strong>de</strong>s para con sus hijas/os, hemos cruzado<br />
dos variables. Por un lado, hemos analizado las diferencias entre las/los madres y padres<br />
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