A diez años del Proyecto Camisea PROYECTO CAMISEA Plataforma de perforación Mipaya, -52- departamento de Cusco. -53-
A diez años del Proyecto Camisea Entre los años 1984 y 1988 la compañía descubrió reservas de GN en la región de Camisea (Cusco), concretamente en los yacimientos de San Martín, Cashiriari y Mipaya. D esde el descubrimiento de las reservas de gas en Camisea hasta el desarrollo actual del proyecto participaron una serie de empresas especializadas. En la exploración y explotación se puede mencionar a Shell, que descubrió las reservas de GN en la región de Camisea (1981); al consorcio Pluspetrol, que a la fecha es el encargado de explotar el Lote 56 y 88; Repsol y CNPC, encargadas de explotar el Lote 57; y CNPC encargada de explotar el Lote 58. En cuanto al transporte, TGP ha sido la encargada de construir y operar el gasoducto y poliducto desde la zona de Camisea hasta el City Gate en Lurín. Con respecto a la distribución y comercialización, Cálidda es la empresa distribuidora de GN en Lima y El Callao, y Contugas reparte GN en el departamento de Ica. Asimismo, se ha realizado una actividad relacionada a la exportación de GNL, donde Perú LNG es la empresa encargada de la planta de licuefacción en Melchorita. DESCUBRIMIENTO Y PRIMERAS NEGOCIACIONES En julio de 1981, la compañía Shell Exploradora y Productora firmó un contrato de operaciones petrolíferas en la Selva sur del Perú, con la finalidad de explorar la existencia de hidrocarburos en los Lotes 38 y 42. Posteriormente, entre los años 1984 y 1988, la compañía descubrió reservas de GN en la región de Camisea (Cusco), concretamente en los yacimientos de San Martín, Cashiriari y Mipaya. A comienzos de la década de los noventa, se suscribió un convenio entre Perupetro y Shell Internacional Petroleum para la evaluación del potencial comercial de las reservas de los tres yacimientos descubiertos. En 1995 se entregó el estudio de factibilidad y en mayo de 1996 se firmó un contrato de licencia por 40 años mediante el cual se otorgaba el derecho a la explotación de los Lotes 88A y 88B al consorcio formado por Shell (42.5%) y Mobil (57.5%) (Campodónico, 1998). En este contrato, el Estado dejó la ejecución del Proyecto Camisea en manos del consorcio, mostrándose tres etapas claramente delimitadas. En la primera etapa, cuya duración fue de dos años, Shell-Mobil se comprometía a un programa de trabajo que comprendía la perforación de tres pozos exploratorios, el reprocesamiento de 250 km de líneas sísmicas y un estudio del mercado de Lima para GN. La finalidad era determinar la factibilidad de desarrollo de dicho mercado y la consiguiente construcción de dos ductos a la Costa central: uno para el transporte del GN y otro para el de los condensados. La segunda etapa, que tenía una duración de cuatro años y medio, comprendía el desarrollo de los yacimientos, la construcción de una Planta de Separación de Líquidos en Camisea y de los ductos a una zona de la Costa central. También se construiría una Planta de Fraccionamiento y se darían facilidades para el despacho de hidrocarburos. En octubre de 1997, Shell hizo llegar al gobierno el presupuesto de inversión de la segunda fase del proyecto, que ascendió a US$ 2,476 millones. La tercera etapa comprendía el período desde el final de la segunda etapa hasta cumplir el plazo de 40 años: la explotación. La regalía que recibiría el Estado se determinó sugún un factor “R”, que relaciona los ingresos y egresos del contratista, el cual aumentaba en la medida que los ingresos superasen a los egresos. La regalía promedio que recibiría el Estado durante la vigencia del contrato sería 30%. En el período 1996-1998 se perforaron tres pozos confirmatorios, dos en el yacimiento Cashiriari y uno en el yacimiento San Martín. Dos años después, luego de finalizar la primera etapa (julio de 1998), el consorcio Shell–Mobil decidió no continuar con el contrato por falta de acuerdo sobre la tarifa de generación de electricidad, la no autorización de la integración vertical con la actividad de distribución en Lima (estipulada en el reglamento de distribución de GN por red de ductos) y la poca rentabilidad que presentaba el Proyecto Camisea para el consorcio. Según Campodónico (1999), para seguir con la segunda fase, el consorcio Shell–Mobil demandaba una serie de nuevos incentivos, como la aceptación del gobierno de un precio para el GN que no se ajustaba a lo establecido en el contrato, la participación en la distribución del gas en Lima, la posibilidad de exportar gas a Brasil mediante la interconexión con el gasoducto Santa Cruz–Sao Paulo y la aplicación de una serie de reformas de la legislación eléctrica peruana para garantizar un precio para el GN que le permitiera competir con otros combustibles en el abastecimiento de energía a centrales termoeléctricas. DISEÑO Y ENTREGA DE LA CONCESIÓN Debido al retiro del consorcio Shell–Mobil, la Comisión de Promoción de la Inversión Privada (COPRI) decidió llevar adelante la promoción del Proyecto Camisea a cargo del Comité Especial del Proyecto Camisea (CECAM). Para ello, se estableció que debía basarse en un esquema segmentado, con dos líneas independientes de negocios: (i) explotación, y (ii) transporte y distribución. La operatividad de esta licitación consistió en fijar parámetros objetivos a cumplir, dejando en manos de los inversionistas la decisión y flexibilidad para elegir los detalles técnicos de diseño, construcción y operación del proyecto. Para dicha convocatoria, fueron precalificados 11 consorcios para el concurso de la explotación y 12 para el de transporte y distribución. Licitaciones del Proyecto Camisea desde el año 2000 En el año 2000 se llevaron a cabo nuevamente las licitaciones del Proyecto Camisea, otorgándose las siguientes adjudicaciones: primero, la etapa -54- -55-