17.05.2015 Views

la esclava instruida - José María Álvarez

la esclava instruida - José María Álvarez

la esclava instruida - José María Álvarez

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La#Esc<strong>la</strong>va#Instruida#<br />

-No. ¿Qué quieres, preñarme?<br />

-No, mujer, de ninguna forma. Pero pensé que tomabas pastil<strong>la</strong>s.<br />

-Eso son cochinerías –dijo. Y volvió a meterse mi pol<strong>la</strong> en su <strong>la</strong> boca como si chupase<br />

una salchicha.<br />

-Puedo –dije yo-, puedo ponerme un preservativo.<br />

-Más cochinerías –dijo medio balbuciendo y soltando un borbotón de saliva.<br />

-Entonces ¿Qué hacemos? –dije yo, acariciando de refilón una teta.<br />

-Coger –dijo Inés-. Coger sin problemas. A todo lo que dé.<br />

Sin duda se trataba de una criatura singu<strong>la</strong>r. Con tanta divagación, mi miembro se puso<br />

algo fláccido. Inés lo escupió.<br />

-Qué poca imaginación tienes, hijo. ¿Y esto? –dijo, sosteniendo mi verga como<br />

sopesándo<strong>la</strong>-, ¿y esto…? A ti, si no es por el coño no se te ocurre otra forma de correrte, verdad.<br />

Pues hay muchas, hijo. Muchas.<br />

gusto.<br />

-Ya sé que hay muchas. O varias –dije yo-. Pero tampoco me digas que meter<strong>la</strong> no da<br />

-Psssss. Mira –dijo Inés, y se apretó contra mí. Noté sus muslos calientes envolviéndome.<br />

Su culo estaba frío-. Mira. A mí lo que más me gusta es chupárte<strong>la</strong> bien y después que me azotes<br />

con <strong>la</strong> pol<strong>la</strong> en <strong>la</strong> cara, pero fuerte, y que te corras sobre mi boca, sobre mi nariz, sobre mí.<br />

Supongo que debe ser un trauma de esos que dicen. Pero cada cual tiene derecho a sus<br />

fantasmas, ¿no?<br />

-Desde luego –dije yo. Y aunque hubiera preferido un polvo más normal, tampoco a lo<br />

que el<strong>la</strong> me sugería le faltaba sentido.<br />

-Además –dijo de pronto, dando un respingo-. Ya debe de ser muy tarde. Hay que<br />

acabar pronto. Federico me está espera para desayunar.<br />

Me senté en <strong>la</strong> cama, y <strong>la</strong> dejé hacer. Inés volvió a colocarse mi juguete en <strong>la</strong> boca, y<br />

siguió chupando con una absoluta perfección.<br />

-Dime cuando ya no aguantes más –me avisó. Y siguió. Yo notaba como oleadas de<br />

calor subían por todo mi cuerpo. Aquel<strong>la</strong> artista estaba logrando concentrar en mi pol<strong>la</strong>, o<br />

camino de el<strong>la</strong>, todos mis jugos, hasta el alma, acaso. El<strong>la</strong> respiraba con frenesí. La saliva saltaba<br />

de sus comisuras. De pronto no pude aguantar más.<br />

-¡Ahora, ahora! –le dije- ¡El Rubicón!<br />

Inés saco mi pol<strong>la</strong> de su boca y como usando una manguera fue moviéndo<strong>la</strong> sobre su<br />

rostro donde yo veía estrel<strong>la</strong>rse esas gotas calientes que son nuestro mejor yo. Y en ese instante,<br />

sucedió lo extraordinario; como un rito. De pronto, Inés chasqueó mi pol<strong>la</strong> como si fuese un<br />

látigo, <strong>la</strong> soltó y como un rayo volvió a atrapar<strong>la</strong> al vuelo con su boca. Se recogió sobre el<strong>la</strong>,<br />

hundió su cabeza en mi pubis y noté cómo se estremecía, y de pronto, como trasfigurada, dio un<br />

a<strong>la</strong>rido (así había soñado yo siempre el ulu<strong>la</strong>r de <strong>la</strong>s sirenas) y de su coño sensacional brotó un<br />

# 24#

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!