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Bello, Gramatica castellana

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en realidad lo que hace la inflexión verbal es dar a la expresión subordinante elsignificado de mandato o deseo.466 (220). Las formas optativas reciben una inflexión especial, cuando la persona a quienhablamos es la que debe cumplir el deseo, y lo que se desea se supone depender de su voluntad,y se expresa por una proposición que no contiene palabra negativa. Diga, por ejemplo, pasaentonces a dí, y sea a sé. «Dí lo que se te pregunta», «Sé hombre de bien». Las formas optativasse llaman entonces imperativas; y de lo que acabamos de decir se colige: 1.º que en nuestralengua las formas imperativas no pueden ser sino de segunda persona, singular o plural; 2.º quelas formas imperativas no se construyen con palabras negativas, como no, nada, tampoco, nadie,ninguno, etc.; y 3.º que cuando lo que se desea no es un hecho que dependa de la voluntad de lasegunda persona, se emplea la forma optativa ordinaria. Decimos, pues, con la forma imperativasé hombre honrado, y con la optativa: «Permítalo, Dios», «No murmures», «Nunca faltes a laverdad», «A nadie ofendas», «Seas feliz»; bien que en este último ejemplo se permitiría algunavez decir sé, sobre todo en poesía, por una especie de ficción que atribuye a la voluntad lo querealmente no depende de ella.467 (a). El imperativo, por tanto, es una forma particular del Modo optativo, quejamás tiene cabida sino en proposiciones independientes. Si lo admitimos como unModo especial, será preciso reconocer que no cabe en la definición de los Modos cualla hemos dado arriba (§ 213), puesto que ni se subordina ni puede subordinarse jamás aexpresión alguna; y ésta es la excepción a que allí mismo aludimos. -141- Pero meparece preferible considerar a dí, ven, hablad, escribid, como abreviaciones de quieroque digas, deseo que vengas, que habléis, que escribáis; y en esto no hago más queadoptar un concepto expresado por la Real Academia y por varios filólogos nacionalesy extranjeros. Él es, pues, como la raíz del Modo optativo, cuyas formas toma prestadasa menudo. Así es que si queremos reproducir en tiempo pasado esos imperativoshablad, escribid, decimos: «Me mandó que hablase», «Nos rogó que escribiésemos», ocosa semejante.468 (b). Hay varias formas que los gramáticos han reducido al subjuntivo, y auncon más fundamento que las subjuntivas comunes, si cabe, porque se emplean, no sóloa menudo sino constantemente, en proposiciones subordinadas. Tal es la forma en are,ere, iere, como cantare (de cantar), trajere (de traer), partiere (de partir). Sinembargo, no puede decirse dudo que ella cantare, sino dudo que ella cante; ni deseoque ustedes leyeren, sino deseo que ustedes lean; ni salvárele Dios, sino sálvele Dios.Es propio de esta forma simple (y de la compuesta que nace de ella: hubiere cantado,hubiere traído, hubiere partido) el significar siempre una condición o hipótesis,principalmente cuando de ésta depende el ejecutarse un mandato, un deseo, o eldeclarar un juicio: Si alguno llamare a la puerta, le abrirás; si llegaren a tiempo,hazme el favor de recibirlos; si alguien tal pensare, se engaña, y si lo hubiere dicho, hamentido.En ninguno de estos ejemplos se puede emplear forma alguna subjuntiva de lasantes enumeradas. Por tanto:

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