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Bello, Gramatica castellana

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autorización del uso ha podido dar pasaporte, obligándonos a entender el que en elsentido de lo que, la cosa a que.807 (d). Pero hay casos en que esta sustitución del artículo sustantivado al artículosustantivo adolecería de ambigüedad. Por ejemplo: «La ambición desordenada es la quetantas revoluciones produce», significa propiamente que no toda ambición las produce,sino sólo la desordenada; poniendo lo en lugar de la, sería muy diverso el sentido,porque de este modo se enunciaría que las revoluciones eran debidas a la ambicióndesordenada, excluyendo no sólo toda otra ambición, sino toda otra cosa. Si queriendopues expresar esto último hubiese peligro de ambigüedad, sería preciso emplear lapalabra propia, que es el artículo sustantivo. Jovellanos dice: «Supuesta la igualdad dederechos, la desigualdad de condiciones tiene muy saludables efectos: ella es la quepone las diferentes clases del Estado en una dependencia necesaria y recíproca; ella esla que las une con los fuertes vínculos del interés; ella es la que llama las menos allugar de las más ricas y consideradas; ella, en fin, la que despierta e incita el interéspersonal». Si el autor quiso decir que la desigualdad de condiciones es la soladesigualdad que acarrea esos efectos, es propio el la; pero si se hubiese propuestoenunciar que la desigualdad de condiciones era lo único que los acarreaba, lo hubierasido la palabra propia. Y sin embargo, como este segundo concepto, que es el deJovellanos, se manifiesta claramente de suyo, se acomoda más al genio de la lengua ysuena mejor el la que el lo.En el ejemplo anterior de Lista se emplea el artículo sustantivado -233- por elartículo sustantivo con la misma claridad y elegancia que en el anterior de Jovellanos.808. Cuando en lugar de el que, la que, los que, las que, referidos a serespersonales o personificados, se pone quien o quienes, como ordinariamente se practica,no hay peligro de ambigüedad: «A quien corresponde repeler esta invasión corruptoraes a la opinión» (Mora); el sentido excluye manifiestamente todo lo que no sea laopinión.809 (e). La precedencia de la preposición al artículo es particularmente notable,cuando el artículo no precede inmediatamente al relativo: «A la mayor cantidad dedinero que pueden alcanzar los costos de la obra, es a la suma de dos mil pesos».810 (f). De lo que hasta aquí hemos dicho se sigue que podemos construir decuatro modos:1.º Según el orden gramatical común, que consiste en contraponer dos frasessustantivas: «No son días de fe los en que vivimos».2.º Contraponiendo a una expresión sustantiva un adverbio: «La zona tórrida esdonde ostenta la vegetación toda su pompa y lozanía».3.º Contraponiendo a una expresión sustantiva un complemento: «Lo más a quepuede aspirar un escritor es a que una obra suya tenga pocas faltas, mas no a que deje

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