Salud Mental
co031102015-salud_mental_tomoi
co031102015-salud_mental_tomoi
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
3.1.4. Discusión<br />
En la primera parte se describen síntomas mentales con posible<br />
valor psicopatológico mediante el cuestionario RQC,<br />
este instrumento validado en Colombia ha reportado una<br />
buen sensibilidad y aceptable especificidad como herramienta<br />
de tamizaje (6,14). El instrumento desde entonces ha sido<br />
utilizado por otros estudios poblacionales en Colombia<br />
(15,16) que presentan una comparabilidad limitada con el<br />
presente estudio, puesto que uno de ellos fue realizado en<br />
población desplazada por la violencia donde de espera encontrar<br />
mayores prevalencias (15) y con el ENSM y Consumo<br />
de Sustancias Psicoactivas de 1993, que a pesar de tener una<br />
muestra grande de personas de 5 a 15 años, interrogó para<br />
entonces los síntomas presentes en todos los niños que vivían<br />
en el hogar, esto es, no se hizo como en este estudio<br />
donde un niño de 7 a 11 años fue seleccionado al azar para<br />
interrogar a la cuidador, lo cual limita comparaciones por<br />
cuanto no sabemos si el cuestionario hace referencia a 1, 2 o<br />
más niños y ello pudo haber aumentado las prevalencias encontradas.<br />
A la vez, en ninguno de los estudios reporta la proporción<br />
de población infantil con uno o más síntomas que pensamos<br />
podría servir de alguna manera a la representación de severidad<br />
del cuadro y su posibilidad trastornos mentales como<br />
lo sugiere el cuestionario. A pesar de estas diferencias, el estudio<br />
de desplazamiento muestra una distribución similar en<br />
prevalencia de síntomas al estudio actual. En el presente lenguaje<br />
anormal (19,6 %), asustarse o ponerse nervioso sin razón<br />
(12,4 %), presentar cefaleas frecuentes (9,7 %) y jugar poco con<br />
otros niños (9,5 %) figuran dentro de los más frecuentes. Ello<br />
es similar en el tipo de síntomas con el estudio en población<br />
desplazada (15) donde se reportan como primer síntoma dolor<br />
de cabeza (36 %), seguido de asustarse con facilidad (33 %),<br />
jugar poco (27 %), retardo en el aprendizaje (21 %) y lenguaje<br />
anormal (18 %).<br />
Esta comparación, mostraría el incremento que se observa<br />
de posible psicopatología en niños en situación de desplazamiento<br />
con un predominio de síntomas somáticos (dolor<br />
de cabeza, asustarse con facilidad y jugar poco) donde conocemos<br />
se representan afectos de naturaleza ansiosa, depresiva<br />
u otras en esta población y que llevan a pensar en la<br />
necesidad de reconocer estos problemas y establecer intervenciones<br />
efectivas a nivel de esta población vulnerable. Ahora,<br />
ello no significa que las prevalencias que se encuentran<br />
para población infantil en este estudio sean despreciables y<br />
que se sustentan por en algunas similaridades, aun en las restricciones<br />
de una comparación directa, con los tipos de síntomas<br />
que fueron encontrados hace 22 años y que ocupan<br />
los primeros lugares en la ENSM-Consumo PSA (1993), donde<br />
figuran como más frecuentes: asustarse sin razón, lenguaje<br />
anormal y jugar poco con otros niños. En el presente<br />
estudio, así mismo, se estableció el porcentaje de niños con<br />
1, 2, 3 y 4 o más síntomas, encontrándose un 44,7 % de la población<br />
infantil de 7 a 11 años con por lo menos un síntoma.<br />
Esto es una cifra cercana a la mitad de la población infantil,<br />
lo cual advierte una problemática de gran importancia en<br />
términos de salud pública. Distribuyéndose en el 27,6 % de<br />
quienes manifiestan la presencia de 1 síntoma, 10,5 % con 2<br />
síntomas, 3,4 % con presencia de 3 síntomas y 3,2 % con 4 o<br />
más síntomas. Ahora de acuerdo con los lineamientos del RQC<br />
se requeriría por lo menos una valoración por profesionales de<br />
la salud entrenados en todos los niños con por lo menos 1 síntoma<br />
(RQC positivo), aspecto que tenemos que pensar en términos<br />
de requerimientos, competencias e intervenciones<br />
eficaces en los casos requeridos. Es llamativo a la vez que el<br />
17,1 % de la población infantil tiene por lo menos 2 síntomas<br />
positivos y ellos tendrían una mayor probabilidad de presentar<br />
un problema mental y un 6,6 %. Al tener por lo menos 3 síntomas<br />
positivos que sugerirían aún una mayor probabilidad de<br />
tener un trastorno mental. Con estos datos es evidente la necesidad<br />
de intervenciones de diverso índole a nivel del sistema<br />
de salud y el sistema educativo, teniendo en cuenta que una<br />
gran mayoría de la población está escolarizada.<br />
Ahora, es evidente que muchos de estos niños están escolarizados<br />
y al respecto existen experiencias que muestran<br />
la necesidad de entrenar a maestros y orientadores escolares<br />
en el área de salud mental (59,60), así mismo se requiere pensar<br />
en actividades de verdadera articulación entre los sectores<br />
salud y educación con el fin de brindar una atención más a<br />
esta problemática. En congruencia con ello y teniendo en<br />
cuenta el desgaste que en algunos casos implica el manejo<br />
de problemáticas en la población infantil, se debe pensar en<br />
intervenciones de promoción y prevención en salud mental<br />
de cuidadores y personas que tengan a cargo la población<br />
infantil (23,24).<br />
De otra parte se realizaron una serie de preguntas teniendo<br />
en cuenta los items trazadores de otras encuestas en población<br />
infantil (CBCL-P de Achenbach, Cuestionario Breve<br />
de Tamizaje y Diagnóstico [CBTD] y otras del emanadas de<br />
la experiencia del grupo). Al respecto vale la pena resaltar que<br />
138 encuesta nacional de salud mental 2015