Salud Mental
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planificación de los procesos y las estrategias para lograr los<br />
objetivos (24). Así mismo, poder reconocer el logro o el fracaso;<br />
la necesidad de modificar una actividad, detenerla y<br />
generar nuevos planes de acción o inhibir cuando sea necesario<br />
respuestas inadecuadas y seleccionar correctamente<br />
conductas apropiadas por la integración, no solo sensorial,<br />
sino de aquello que conjuga lo sensorial con lo que sucede<br />
en el entorno.<br />
Por lo tanto, esas funciones permiten generar estrategias,<br />
supervisar conductas en función de estados motivacionales<br />
y afectivos para poder llegar a la toma de decisiones. Estas<br />
funciones son primordiales en todos los comportamientos<br />
necesarios para mantener la autonomía personal. Así mismo,<br />
fundamentan la personalidad y el mantenimiento del comportamiento:<br />
la conciencia, la empatía y la sensibilidad social<br />
(25). Un adecuado funcionamiento de todos estos procesos<br />
depende de la actividad de ciertas estructuras cerebrales<br />
como la corteza prefrontal-dorsolateral, cingulada, premotora<br />
ventral derecha, parietal inferior, orbitofrontal, insular y la<br />
amígdala (23,24).<br />
2.1.5.1. Factores asociados<br />
La conducta social puede estar influenciada por la impronta<br />
genética, por las experiencias tempranas de cada individuo y<br />
la propia cultura que modelan la estructura y el funcionamiento<br />
cerebral durante su desarrollo, y ello condiciona la<br />
forma en que este responde al entorno posteriormente. La<br />
conducta social, a su vez, puede verse afectada por daños<br />
cerebrales causados por traumatismos, enfermedades degenerativas,<br />
autoinmunes, carenciales, infecciosas, metabólicas<br />
o tóxicas, así como por enfermedades psiquiátricas (26,27).<br />
Modelos actuales del estudio de la personalidad reconocen<br />
la importancia de los factores innatos y biológicos, y resaltan<br />
cómo esta depende de todas formas del contexto<br />
cultural y social en el cual el sujeto va creciendo. En suma,<br />
enfoques evolutivos y de desarrollo de la comprensión de la<br />
cognición social resaltan que los seres humanos desarrollan<br />
habilidades cognitivas que no existen en otras especies donde,<br />
alrededor de los 3 o 4 años de edad, el niño ya puede<br />
adoptar el punto de vista de otra persona cuando ningún<br />
otro primate parece poder ser capaz de tal proceder. Tal capacidad,<br />
incluso, tiene sus fundamentos en la capacidad del<br />
recién nacido para imitar algunos gestos faciales, destreza que<br />
a su vez puede ser catalizadora de la misma cultura.<br />
2.1.5.2. Impacto<br />
El estudio de la cognición social aporta amplios conocimientos<br />
sobre la conducta humana y permite lograr avances importantes<br />
en prácticamente todas las áreas que tienen como<br />
objeto de estudio al ser humano y sus relaciones (28). La vida<br />
social implica la puesta en marcha de una serie de procesos<br />
que permiten la organización de diversas observaciones e inferencias<br />
para proporcionar de forma coherente un modelo<br />
predictivo de los otros y así poder formar relaciones estables,<br />
evitar enemigos, alcanzar objetivos, crear leyes y culturas, entre<br />
otros (29).<br />
La disciplina de las neurociencias sociales se fundamenta<br />
en la explicación de diferentes niveles (neurales, hormonales,<br />
moleculares y genéticos) de la cognición social en psiquiatría.<br />
En particular, desarrolla la investigación científica evaluando<br />
a) la cognición social comportamental sensible a la discapacidad<br />
psiquiátrica, b) las redes neuronales implicadas en los<br />
comportamientos sociales, c) los fundamentos genéticos de<br />
los fenómenos sociales y d) la influencia del entorno social<br />
en los procesos biológicos (30).<br />
Las alteraciones en cualquiera de estos procesos pueden<br />
resultar en dificultades personales y problemas interpersonales,<br />
que entorpecen la vida en comunidad o que pueden aparecer<br />
como manifestaciones de varios trastornos mentales;<br />
por ejemplo, los trastornos del espectro autista, la esquizofrenia<br />
y los trastornos afectivos, así como el trastorno de personalidad<br />
antisocial, el trastorno esquizotípico y el trastorno<br />
limítrofe de personalidad (31). Por otro lado, existen condiciones<br />
neurológicas que presentan un grave deterioro de la<br />
cognición social como en la variante comportamental del<br />
trastorno neurocognitivo mayor, debido a degeneración lobar<br />
frontotemporal (32,33).<br />
2.1.5.3. Estudios previos<br />
Tal y como se anotó, las funciones ejecutivas supervisan, por<br />
decirlo de alguna forma, los procesos que coordinan las funciones<br />
cognitivas, conductuales y emocionales que optimizan<br />
el desarrollo y la ejecución de metas particulares. Abarcan<br />
habilidades cruciales como la planificación, el recuerdo inmediato<br />
de información que permiten mantener una flexibilidad<br />
cognitiva e inhibir elementos irrelevantes, por ejemplo. Teniendo<br />
en cuenta que en una encuesta poblacional la evaluación<br />
de funciones tan complejas tomaría mucho tiempo,<br />
la disponibilidad de herramientas con fines de tamizaje que<br />
capítulo 5. resultados<br />
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