Salud Mental
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de dependencia e incapacidad ligadas al envejecimiento. De<br />
la misma manera, reconocer que el provecho emocional vinculado<br />
al apoyo funciona igualmente para quien lo brinda.<br />
En el nivel macro, las relaciones estables de confianza, reciprocidad<br />
y cooperación pueden contribuir a tres tipos de<br />
beneficios: reducir los costos de transacción, producir bienes<br />
públicos y facilitar la constitución de organizaciones de gestión<br />
de base efectivas, de actores sociales y de sociedades<br />
civiles saludables (48). Si bien se ha discutido el impacto del<br />
capital social en la superación de la pobreza, se plantea que<br />
este permite destacar variables socioculturales en los procesos<br />
de desarrollo y los aportes del patrimonio cultural de las<br />
comunidades a los programas e intervenciones estatales (49).<br />
En el terreno público, el capital social es un factor relevante<br />
para alcanzar cohesión social, concepto más amplio que supone<br />
ausencia de conflicto social latente y presencia de fuertes<br />
lazos sociales, confianza y normas de reciprocidad (como<br />
capital social), las asociaciones que superan las divisiones sociales<br />
(sociedad civil) y las instituciones dedicadas a manejar<br />
los conflictos (respuesta democrática, poder judicial independiente<br />
y otros) (50). Sin embargo, algunos autores han<br />
señalado un lado oscuro del capital social, debido a las posibilidades<br />
de exclusión y marginación, fomento de rivalidades<br />
y conflictos intragrupales, explotación y dominación por mafias<br />
y sistemas autoritarios (48). En el país, a esta faceta se le<br />
ha denominado capital social perverso. Se refiere a las prácticas<br />
corruptas de redes, contactos, relaciones de poder y a<br />
las pautas informales de comportamiento que aprueban actividades<br />
ilegales (51).<br />
En el mismo sentido, la familia es promotora de salud<br />
mental, pero también de inseguridades, tensiones, vulnerabilidad<br />
y trastornos psiquiátricos (38). Ante las crisis, las familias<br />
pueden fragmentarse (39). Se debe anotar que hay<br />
sistemas directos e indirectos, establecidos por quienes participan<br />
de una acción determinada (43): la comprensión del<br />
problema, la evaluación y la terapia específica, que se dirigirán<br />
posiblemente a los subsistemas implicados. La disfunción familiar<br />
se asocia con resultados negativos durante la adolescencia,<br />
como embarazos no planeados, consumo de<br />
sustancias, enfermedades de transmisión sexual y trastornos<br />
depresivos (44). Cerca de un 40 % de cuidadores familiares de<br />
personas con demencia tienen depresión o ansiedad clínicamente<br />
significativas (45). Se han diseñado estrategias de intervención<br />
con efectividad clínica para los cuidadores en el<br />
corto plazo, aunque se necesitan estudios de seguimiento<br />
posterior en aspectos como calidad de vida, afecto y maltrato,<br />
además de intervenciones que sean costoefectivas (45).<br />
En situaciones sociales, como el secuestro, se aprecia un impacto<br />
familiar transgeneracional, cuyos efectos pueden permanecer<br />
incluso después del desenlace (41).<br />
2.1.6.3. Estudios previos<br />
El Estudio Nacional de <strong>Salud</strong> <strong>Mental</strong> de 1993 reportó “mucho<br />
apoyo” de jefes o maestros, en el 43,9 %; de compañeros de<br />
trabajo y de amigos, en el 38 %; de vecinos, en el 23 %; preocupación<br />
y apoyo a otros en las dificultades, en el 95 %; tolerancia<br />
ante las ideas de los demás, en el 93 %; no ser<br />
indiferente ante los problemas del país, en el 90 %, y considerar<br />
seguro el entorno, en el 87 %. Los mayores porcentajes en<br />
el ítem de “mucha confianza” en autoridades los obtuvieron<br />
médicos (73,2 %), educadores (70,3 %) y religiosos (50,4 %);<br />
desciende progresivamente ante el Ejército, la Policía, los funcionarios<br />
públicos y los políticos (8).<br />
En 1997, interpretados a la luz de factores de riesgo específicos,<br />
se plantearon, verbigracia, desintegración familiar, deterioro<br />
de las relaciones de apoyo social, marcada insatisfacción<br />
por la situación del país y desconfianza hacia las autoridades<br />
políticas, lo cual señala la alta probabilidad de buena parte<br />
de la población colombiana de sufrir algún tipo de alteración<br />
mental y riesgo exponencial en la población infantil (52). En<br />
2003, las preguntas por el apoyo de familiares y amigos, al<br />
igual que la religión profesada y su incidencia en las decisiones,<br />
se relacionaron con cada una de las patologías (10).<br />
Además, se han realizado tres mediciones globales del<br />
capital social colombiano (en 1997, 2005 y 2011), basadas en<br />
la metodología del barómetro de capital social con tres dimensiones<br />
desplegadas en variables así: 1) Ksocial: solidaridad<br />
y mutualidad; relaciones horizontales; jerarquía o articulación<br />
vertical. 2) Confíe: participación cívica, participación política,<br />
confianza institucional control social; control indirecto de la<br />
sociedad al Estado; tejido social que mide la relación con la<br />
institucionalidad. Y 3) Fenoval (fuentes de información no<br />
validada): información y transparencia, republicanismo cívico<br />
y medios de comunicación. Sus resultados señalan una disminución<br />
del capital social entre 2005 y 2011, particularmente<br />
por reducción de la mutualidad y solidaridad, debido a la<br />
atomización y el oportunismo, pérdida de la confianza interpersonal,<br />
mengua de los aportes entre vecinos y del trabajo<br />
conjunto para, más bien, buscar soluciones en agentes externos.<br />
Por otro lado, aumentó la percepción de corrupción y<br />
90 encuesta nacional de salud mental 2015