Salud Mental
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• El recurso más buscado para atención en patología mental<br />
a nivel nacional son las instituciones de salud y los profesionales<br />
en salud con un 88,2 % (7 a 12 años); 92,1 % (12 a<br />
18 años); 89 % (18 a 44 años) y 95.6 % (mayores de 44 años).<br />
• Con relación al pagador a la atención frente a patología<br />
mental a nivel nacional para todos los grupos etareos son<br />
las EPS del régimen contributivo y subsidiado con una frecuencia<br />
de 69,4 % (7-11 años), 70,9 % (12-17años), 66,1 %<br />
(18-44 años) y 92,1 % (45 y más años).<br />
• El porcentaje de acceso a medicamentos es del 73,6 % (7-<br />
12 años); 83,1 % (18-44 años) y 97,9 % (mayores de 44 años).<br />
• La principal razón de no acceso a medicamentos para patología<br />
mental en población infantil es la espera de los<br />
mismos y el no tener dinero con un 100 %.<br />
• La terapia más solicitada es psicoterapia por psicología:<br />
58,3 % (7 a 12 años) y en 72,7 % (18 a 44 años).<br />
• El hospital día es una tecnología que no presenta utilización<br />
frecuente en ninguno de los grupos etarios ni en las<br />
regiones.<br />
• La principal razón para no acceso a terapias para población<br />
infantil es la no disponibilidad de servicio, con un<br />
90,4 %.<br />
• La percepción de mejoría frente a los servicios recibidos<br />
para la patología mental es de 74,9 % en la valoración de<br />
mejor y mejorando en la población infantil; 79,6 % en adultos<br />
entre 18 a 44 años.<br />
• El porcentaje de hospitalización por psiquiatría en la población<br />
infantil es de 5,1 %; en adultos entre 18 y 44 años<br />
del 13,9 %, y en los mayores de 44 años es del 16,2 %.<br />
• Con respecto al uso de medicamentos para alguna patología<br />
mental es de 0,8 % (7 a 18 años); 1,87 % (18 a 44 años)<br />
y del 3,7 % (mayores de 44 años) siendo en la mayoría de<br />
los casos formulado por un medico y pagados por la EPS.<br />
7. Recomendaciones<br />
De forma paralela al crecimiento en la cobertura del sistema<br />
de salud a la población colombiana, se hace evidente la mayor<br />
cobertura con respecto a los servicios de salud mental y<br />
el acceso a medicamentos en todos los grupos etarios, con<br />
algunas diferencias regionales, siendo los mayores pagadores<br />
de los servicios las EPS, y en la proporción más alta, el personal<br />
médico y paramédico que provee los servicios. Este panorama<br />
propio de las evoluciones de los sistemas de salud<br />
abre unos nuevos retos que se hacen, así mismo, evidentes<br />
en los resultados de esta línea. El primero y más importante<br />
de ellos es lograr el acceso real a los servicios de salud mental<br />
desde una perspectiva comunitaria y bajo las premisas de<br />
atención primaria en salud con elementos claros de la promoción<br />
de la salud mental y la prevención de la enfermedad<br />
mental, buscando superar las acciones propias un sistema de<br />
salud reactivo, dirigido de manera particular al tratamiento y<br />
a aquella población que por diversas circunstancias decide<br />
consultar en términos de percepción de un posible problema<br />
o patología. Esto nos lleva a continuar subrayando la importancia<br />
de la búsqueda activa de posibles casos o problemas<br />
que permitan acciones preventivas primarias en la población,<br />
así como la formulación de acciones puntuales en promoción<br />
de la salud mental de la población de manera intersectorial.<br />
Así mismo, es de resaltar que el acceso a los servicios en<br />
salud mental tiene unas particularidades que deben ser tenidas<br />
en cuenta para las acciones de mejora y ajuste, estas acciones<br />
incluyen además de las facilidades propias, la<br />
disponibilidad de espacios, servicios y horarios que disminuyan<br />
las barreras que se generan particularmente las de orden<br />
actitudinal, las cuales se hacen evidentes en los resultados de<br />
causa de no consulta, estas barreras usualmente asociadas a<br />
creencias negativas frente a los sistemas de salud, malainterpretación<br />
acerca de las consecuencias a los tratamientos, la<br />
baja necesidad percibida de requerir ayuda y el estigma y el<br />
autoestigma, deben ser manejadas a través de procesos psicoeducativos<br />
comunitarios que permitan un mejor entendimiento<br />
de la salud mental.<br />
Por otra parte, se hace evidente la necesidad de limitar<br />
las barreras estructurales, como localización geográfica lejana<br />
o pobre disponibilidad de citas que impactan frente a la tasa<br />
de abandono en los tratamientos, así como las barreras financieras,<br />
que si bien no fueron representativas, es importante<br />
tenerlas en cuenta. Frente a lo anterior es necesario<br />
favorecer la presencia de servicios de salud mental efectivos<br />
que pueden ser a través de tecnologías como telemedicina<br />
e incluso servicios de salud mental integrales e itinerantes en<br />
las regiones del país en donde la disponibilidad del recurso<br />
humano no sea fácil.<br />
Es importante ajustar las rutas de atención con la finalidad<br />
que estas sean claras, conocidas y articuladas con otros<br />
sectores como educación y trabajo. Además, se convierte en<br />
fundamental hacer una revisión frente a los servicios de hospital<br />
día, que si bien es una tecnología incluída en el plan de<br />
capítulo 6. acceso a servicios en salud mental<br />
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