08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 109 – Capítulo IX<br />

a la gente <strong>de</strong> la batida, y ahora sólo espero las tuyas, gran<br />

señor, para reconocer al insolente trovador,<br />

—¡Ah! ¿No sabéis aún quién sea?<br />

—Sólo sé que no está herido <strong>de</strong> muerte; pero <strong>el</strong> montero al<br />

anunciárm<strong>el</strong>o añadió que <strong>el</strong> maestro a quien había recurrido,<br />

al hacerle la cura, había encargado que no se le viese ni<br />

hablase. Creí, pues, <strong>de</strong>l caso esperar a la mañana. Parecióme,<br />

sin embargo, joven y gallardo mancebo.<br />

—Él es, no hay duda. Te tengo en mi po<strong>de</strong>r, mal caballero.<br />

Vadillo, es preciso tenerle a buen recaudo.<br />

—¿Conócesle tú entonces, gran señor?<br />

—Sí, le conozco; tú le conocerás también. Necesito sin<br />

embargo a Ferrus. A esa misma hora <strong>de</strong> las cuatro le envié<br />

a reconocer al músico; <strong>de</strong> entonces acá ha <strong>de</strong>saparecido. <strong>El</strong><br />

villano cobar<strong>de</strong> ha tenido miedo sin duda; acaso luego se<br />

aparecerá y creerá <strong>de</strong>sarmar mi enojo con alguna juglaría.<br />

Entretanto Rui Pero está en <strong>el</strong> encargo <strong>de</strong> encontrárm<strong>el</strong>o<br />

muerto o vivo. Sus orejas servirán <strong>de</strong> pasto a mis lebr<strong>el</strong>es si<br />

ha cometido villanía, por Santiago. Ahora, Vadillo, es preciso<br />

no per<strong>de</strong>r tiempo; supuesto que está en nuestro po<strong>de</strong>r quien<br />

pudiera únicamente <strong>de</strong>sbaratar mis planes, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una<br />

hora he <strong>de</strong> quedar servido. Hernán Pérez, ¿tenéis valor y<br />

resolución?<br />

—Dispón, señor, <strong>de</strong> mi vida.<br />

—Venid conmigo; prontitud y secreto.<br />

Dicho esto, salieron <strong>don</strong> <strong>Enrique</strong> y su primer escu<strong>de</strong>ro,<br />

y atravesando apresuradamente las galerías <strong>de</strong>l alcázar, se<br />

dirigieron a las caballerizas <strong>de</strong>l con<strong>de</strong>; dieron allí varias ór<strong>de</strong>nes,<br />

al parecer <strong>de</strong> la mayor importancia, y separáronse en<br />

seguida. <strong>El</strong> primer escu<strong>de</strong>ro buscó y habló misteriosamente<br />

a algunos escu<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Su Señoría. <strong>El</strong> movimiento

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!