08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 308 – Capítulo XXXI<br />

Dichas estas palabras continuó <strong>el</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> su camino, pidiendo<br />

a su señora en su borrascosa imaginación mil per<strong>don</strong>es<br />

por la ligereza con que la habían inculpado, en aqu<strong>el</strong><br />

momento mismo en que acababa <strong>de</strong> darle, según él, la prueba<br />

más singular <strong>de</strong> su constancia y fi<strong>de</strong>lidad.<br />

Llegó <strong>el</strong> paje entretanto a <strong>El</strong>vira y refirióle lo ocurrido.<br />

Mil i<strong>de</strong>as se cruzaron en la imaginación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sdichada.<br />

Deseosa, sin embargo, <strong>de</strong> aclarar aqu<strong>el</strong> misterio y bien <strong>de</strong>cidida<br />

a no exponerse <strong>de</strong> nuevo al p<strong>el</strong>igro que no podía menos<br />

<strong>de</strong> correr con <strong>el</strong> arrebatado <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>:<br />

—¡Jaime —dijo—, quiero salvarme a toda costa! Le amo,<br />

le amo con furor, y <strong>el</strong> inf<strong>el</strong>iz lo sabe. No le vea, no le hable. Mi<br />

honor es lo primero. Juzgue <strong>de</strong> mí lo que quisiere. Escucha.<br />

Yo <strong>de</strong> mí misma <strong>de</strong>sconfío y tiemblo. Sus ruegos pudieran vencerme...<br />

Por otra parte, esa cita sólo pue<strong>de</strong> ser un artificio...<br />

acaso una horrible maquinación, un lazo que nos tien<strong>de</strong>n.<br />

Mira: toma esa llave y ciérrame por fuera; <strong>de</strong> esa manera no<br />

le podré yo abrir aunque sus ruegos me ablandaran. Corre<br />

en seguida en su busca. ¿Dón<strong>de</strong> iba?<br />

—Bajaba la escalera <strong>de</strong>l alcázar.<br />

—¡Soy f<strong>el</strong>iz! Todavía no viene en mucho tiempo. Búscale,<br />

Jaime, búscale. Dile que es inútil; que nunca le he citado; que<br />

es mentira; que su vida p<strong>el</strong>igra; que está Hernán conmigo...<br />

Lo que quieras. Que no venga, y lo <strong>de</strong>más no importa. ¿Que<br />

sería <strong>de</strong> mí si Hernán...? ¿Será él por ventura, será él <strong>el</strong> que<br />

<strong>de</strong> esta suerte intenta...? ¡Qué horrible maquinación!<br />

Hizo Jaime lo que su hermosa prima le rogaba con no<br />

poco miedo <strong>de</strong> verse metido a su edad en tan gran laberinto<br />

<strong>de</strong> riesgos y <strong>de</strong> intrigas, pero con toda la <strong>de</strong>cisión al mismo<br />

tiempo <strong>de</strong> que es capaz la fi<strong>de</strong>lidad.<br />

—¡Otra vu<strong>el</strong>ta! —dijo <strong>El</strong>vira al paje, que cerraba ya por<br />

<strong>de</strong>fuera—. Así; adiós. Si mi esposo viene, él tiene otra llave.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!