08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 204 – Capítulo XX<br />

—No temáis; nadie viene a mi cámara; <strong>el</strong> estudio y <strong>el</strong><br />

retiro en que vivo alejan <strong>de</strong> mí las visitas que pudieran<br />

turbar vuestro reposo. Ningún sitio <strong>de</strong>l palacio más seguro<br />

que éste; su inmediación a la cámara <strong>de</strong>l Rey, las muchas<br />

guardias que custodian las próximas galerías...<br />

—No, no es que tema ningún p<strong>el</strong>igro; pero...<br />

—Per<strong>de</strong>d miedo; por otra parte tenéis vuestro antifaz, que<br />

pue<strong>de</strong> en todo caso guardaros <strong>de</strong> la indiscreción, y vuestras<br />

dos dueñas esperan vuestras ór<strong>de</strong>nes en mi antecámara. A<br />

la menor voz, <strong>el</strong>las y los ballesteros...<br />

—Decís bien.<br />

—Per<strong>don</strong>ad si vuestros mismos intereses me obligan a<br />

<strong>de</strong>jaros sola en mi habitación; mi ausencia será corta.<br />

—Eso <strong>de</strong>seo.<br />

—Tomad, pues, señora, esa bebida.<br />

—Pero ¿me respondéis <strong>de</strong> su eficacia?...<br />

—Estoy seguro <strong>de</strong> <strong>el</strong>la; apuradla.<br />

—Ya veis si tengo confianza en <strong>el</strong> físico <strong>de</strong> Su Alteza; ni<br />

una sola gota he <strong>de</strong>jado.<br />

—Obrasteis como pru<strong>de</strong>nte —repuso <strong>el</strong> empírico con una<br />

alegría que disimulaban mal sus ojos <strong>de</strong> fuego y <strong>de</strong> esperanza—.<br />

Reclinaos ahora un momento.<br />

—No, no hay necesidad.<br />

—Presto conoceréis sus efectos; es maravillosa la virtud<br />

<strong>de</strong> la bebida; al principio parecerá quitaros las fuerzas; pero<br />

<strong>de</strong>spués... y obra con una rapi<strong>de</strong>z...<br />

—Sí; paréceme que siento como pesa<strong>de</strong>z...<br />

—¿No os dije? Acaso os hará dormir...<br />

—¡Dormir, Dios mío! y aquí... ¡Abrahem!<br />

—¡Señora!<br />

—¡Santo Dios! ¿Por qué no me lo habéis dicho?<br />

—Oh! será un momento... una hora.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!