08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 202 – Capítulo XX<br />

—¿Quién sabe si lo estará realmente? ¿Es forzoso <strong>de</strong>cir a<br />

gritos?...<br />

—No; pero sabéis que a su edad es raro <strong>el</strong> caballero que<br />

no pue<strong>de</strong> llevar un mal lazo, una banda, prenda <strong>de</strong>l amor<br />

<strong>de</strong> su dama. Hasta es <strong>de</strong>sdoro. Como no sea que adore en<br />

secreto a alguna b<strong>el</strong>leza cuyo mote no pue<strong>de</strong> llevar...<br />

—¿Qué <strong>de</strong>cís?<br />

—O es eso, señora, o es que <strong>el</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> no es sensible sino<br />

al aguijón <strong>de</strong> la gloria. En ese caso, su galantería sería pura<br />

caballerosidad...<br />

—¿Estará ya solo Su Alteza? —interrumpió la agitada<br />

dama.<br />

—Paréceme, señora, que tenéis interés en interrumpir<br />

la conversación <strong>de</strong>l <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>... ¿Sería yo indiscreto al hablar<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vos?<br />

—¡Oh no, no, nada <strong>de</strong> eso!; hablar <strong>de</strong> él como pudierais<br />

<strong>de</strong> cualquier otro. Sólo me r<strong>el</strong>aciona con él <strong>el</strong> vínculo <strong>de</strong> la<br />

gratitud que recientemente me ha merecido.<br />

—Sólo una cosa tenía que añadir, en <strong>el</strong> supuesto <strong>de</strong> que<br />

esta conversación no os incomo<strong>de</strong>... ¿Estáis inquieta?<br />

—No, os he dicho que no; estoy tranquila. ¿Por qué no<br />

habría <strong>de</strong> estarlo?<br />

—Digo, pues, que acaso ahora con ser vuestro caballero...<br />

—¡Mi caballero!<br />

—Forzosamente ha <strong>de</strong> serlo.<br />

—Sí, mi campeón —repuso la enlutada, con un suspiro<br />

escapado <strong>de</strong>l pecho a su pesar.<br />

—Como queráis. La posición en que está para con vos,<br />

ese misterio que os empeñáis en guardar, la compasión que<br />

inspiráis y <strong>el</strong> entusiasmo al mismo tiempo a que inclina <strong>el</strong><br />

hermoso rasgo <strong>de</strong> amistad que habéis...<br />

—No me lisonjeéis y acabad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!