08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 283 – Capítulo XXVIII<br />

—Os entiendo, <strong>El</strong>vira —dijo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un momento <strong>de</strong><br />

pausa—, os entiendo. Las conversaciones <strong>de</strong> dos esposos que<br />

se aman no han menester testigos, y vos tenéis sin duda<br />

algún secreto que fiarme.<br />

—¿Yo? —preguntó azorada <strong>El</strong>vira—. ¿De qué inferís...?<br />

—Sí; Jaime —continuó Hernán Pérez—, yo te llamaré.<br />

—Ah, <strong>de</strong>jadle, señor; <strong>el</strong> paje no incomoda...<br />

—No importa. Lleva este azor a<strong>de</strong>ntro. Que le cui<strong>de</strong>n. Que<br />

no se escape sobre todo; era <strong>el</strong> favorito <strong>de</strong> Su Alteza, y tan<br />

ilustre huésped no pue<strong>de</strong> sino honrar mi casa.<br />

Preciso le fue al paje obe<strong>de</strong>cer. La or<strong>de</strong>n estaba dada <strong>de</strong><br />

una manera muy positiva, y <strong>el</strong> haber insistido, por otra parte,<br />

<strong>de</strong>masiado, sólo hubiera conducido a dar sospechas.<br />

<strong>El</strong>vira hizo un esfuerzo para levantarse, y dirigiéndose al<br />

paje, bastante separado ya <strong>de</strong> su esposo, aparentó acariciar<br />

al ave, pero díjole en realidad al oído:<br />

—Jaime, vu<strong>el</strong>ve <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un momento; si he conseguido<br />

apartar <strong>de</strong> aquí a Hernán Pérez, facilita la salida al caballero.<br />

¡Y que no vu<strong>el</strong>va nunca, nunca!<br />

—Bien, querida prima —respondió <strong>el</strong> paje en voz alta—,<br />

no es éste <strong>el</strong> primer pájaro que he cuidado. Yo os aseguro <strong>de</strong><br />

que se le tratará como merece. ¡Azor! ¡azor! —se fue diciendo<br />

en seguida, y saltaba al mismo tiempo aparentando con<br />

la mayor int<strong>el</strong>igencia <strong>el</strong> indiferente atolondramiento <strong>de</strong> su<br />

alocada edad.<br />

—Pienso, Hernán Pérez —dijo <strong>El</strong>vira acercándose a su<br />

esposo—, que <strong>el</strong> aire libre me sentaría bien. Si quisierais,<br />

pudiéramos...<br />

—Esposa mía —repuso Hernán Pérez, cuyos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong><br />

conversar a solas con <strong>El</strong>vira irritaban más y más los obstáculos<br />

que se le querían oponer—, no lo creáis. Se ha levantado

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!