08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 309 – Capítulo XXXI<br />

¡Yo os doy gracias, Dios mío —añadió postrándose con cristiano<br />

fervor—; yo os doy gracias, Señor, por <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> que<br />

me habéis librado!<br />

Apenas había acabado <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir estas palabras cuando se<br />

<strong>de</strong>jó sentir en la parte <strong>de</strong> afuera <strong>de</strong> su habitación un rumor,<br />

extraño ciertamente a aqu<strong>el</strong>las horas y en aqu<strong>el</strong> sitio tan<br />

solitario.<br />

—¿Qué oigo, Dios mío? ¿Qué oigo?<br />

—¡<strong>El</strong>vira! —dijo una voz que así parecía bajar <strong>de</strong>l ci<strong>el</strong>o<br />

como salir <strong>de</strong> una profunda cueva—. ¡<strong>El</strong>vira!<br />

—¿Quién me llama? —añadió la asustada dama corriendo<br />

hacia la puerta para asegurarse <strong>de</strong> que estaba bien cerrada.<br />

—¡Macías! —respondió la voz sordamente, y resonaron<br />

dos o tres golpecitos dados con cierto misterio e int<strong>el</strong>igencia.<br />

—¡No le ha encontrado <strong>el</strong> paje! —exclamó <strong>El</strong>vira—. ¡Ah!<br />

si Hernán... ¡Oíd..., <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>!... Nadie respon<strong>de</strong>... y <strong>el</strong> ruido<br />

continua. ¡Ci<strong>el</strong>os!, no es aquí; no es en la puerta. ¿Dón<strong>de</strong>,<br />

pues, dón<strong>de</strong>? Aquí —exclamó llegando a la ventana—, en<br />

esta parte están. ¿Qué intentan? Esta reja se abre; pero la<br />

llave... La llave <strong>de</strong>be tenerla <strong>el</strong> alcai<strong>de</strong> <strong>de</strong>l alcázar... ¡La abren,<br />

Dios mío! —continuó escuchando con la mayor ansiedad—.<br />

Huid, huid, quien quiera que seáis.<br />

—¡Bien mío! —respondió <strong>el</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> abriendo completamente<br />

la reja y dando con su espada en la ma<strong>de</strong>ra, que quedaba<br />

cerrada todavía.<br />

—¡Ah, es él, es él! Yo soy perdida. Yo misma me he encerrado<br />

—gritó <strong>El</strong>vira arrojándose sobre un sillón al tiempo<br />

mismo que la ma<strong>de</strong>ra, <strong>de</strong>strozada por los furiosos golpes <strong>de</strong>l<br />

<strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>, cedía a su irresistible fuerza.<br />

—Yo soy, <strong>El</strong>vira, yo soy —dijo Macías arrojándose a los<br />

pies <strong>de</strong> su amante—. Mil obstáculos he tenido que vencer; no<br />

pensé alcanzar a la altura <strong>de</strong> esa reja, que he <strong>de</strong>bido escalar

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!