08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 228 – Capítulo XXII<br />

—¡Hernando! —exclamó Macías arrojándose en sus brazos.<br />

—Vaya, <strong>de</strong>jemos eso. Si esta noche me <strong>de</strong>béis la vida, yo<br />

os la estoy <strong>de</strong>biendo todo <strong>el</strong> año, pues me mantenéis. ¡Voto<br />

va!, ¿y qué pieza era ésa que estaba ahí tendida?<br />

—Hernando, me recuerdas mi <strong>de</strong>ber; busquemos a ese<br />

<strong>de</strong>sgraciado. Está vencido y <strong>de</strong>bemos dar treguas al rencor.<br />

Pusiéronse a buscar en seguida al hidalgo, pero inútilmente.<br />

—¡Esta es buena! —dijo Hernando—. Los pícaros lo han<br />

llevado. ¡B<strong>el</strong>la presa! ¿No dije yo, señor, que no podía salir<br />

nada bueno <strong>de</strong> ese astrólogo? A mí líbreme Dios <strong>de</strong> hombre<br />

que no caza. En su vida ha cogido un venablo.<br />

—¡Ea! Hernando, esas reflexiones son para otro lugar;<br />

puesto que <strong>el</strong> hidalgo no parece y que nosotros cumplimos ya<br />

con nuestro <strong>de</strong>ber, partamos. Necesito curar mis heridas...<br />

—¿También eso? Vamos, señor; ¡vive Dios! Hernando quiere<br />

que lo manteen a él si vu<strong>el</strong>ve a suce<strong>de</strong>r, mientras estemos<br />

en esta maldita corte, que se separe un punto <strong>de</strong> su amo y<br />

señor.<br />

Concluida esta imprecación, hicieron otro rebusco por si a<br />

una parte u otra podrían encontrar vivo o muerto al escu<strong>de</strong>ro.<br />

Y yendo apoyado Macías en su fi<strong>el</strong> montero, por <strong>el</strong> dolor que<br />

empezaban a causarle las heridas, tomaron en seguida <strong>el</strong><br />

camino <strong>de</strong> Madrid, por <strong>el</strong> cual ningún vestigio habían <strong>de</strong>jado<br />

los <strong>de</strong> los caballos, si es que por él habían pasado.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!