08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 275 – Capítulo XXVII<br />

alguno, y vos le provocáis y osáis contra él alzar <strong>el</strong> insolente<br />

acero? ¿Eso es amar, Macías? Nadie hay en la corte que<br />

al pronunciar vuestro nombre no pronuncie <strong>el</strong> mío al mismo<br />

tiempo. ¿Por qué esa unión fatal? Vuestra impru<strong>de</strong>ncia<br />

acaso...<br />

—¡Mi impru<strong>de</strong>ncia!<br />

—Y no contento con per<strong>de</strong>rme para siempre, no contento<br />

con haber llenado <strong>de</strong> luto mi corazón, con haber hecho <strong>de</strong><br />

mis ojos dos fuentes <strong>de</strong> lágrimas inagotables, ¿osáis aún, a<br />

riesgo <strong>de</strong> ser hallado, traspasar <strong>el</strong> dint<strong>el</strong> <strong>de</strong> mi puerta, osáis<br />

comprometer mi vida..., mi honor?...<br />

—¿Yo, <strong>El</strong>vira? ¡Maldición sobre mí!<br />

—¿Eso es, <strong>de</strong>cidme, lo que <strong>de</strong>bía yo prometerme <strong>de</strong> ese<br />

amor tan <strong>de</strong>cantado? ¡Ah!, Macías, si os amara, ¡cuán inf<strong>el</strong>iz<br />

sería!<br />

—¡Si me amara!<br />

—¡Cuán inf<strong>el</strong>iz! Vos mismo habéis cavado entre los dos un<br />

abismo insondable...<br />

—Abismo que se llenará, que yo traspasaré, o <strong>don</strong><strong>de</strong> entrambos<br />

nos hundiremos. Me amas, <strong>El</strong>vira, me amas. Tu<br />

llanto, tus acentos, esa voz trémula y agitada, la tempestad<br />

que anuncian tus palabras son señales harto ciertas que<br />

<strong>de</strong>scubren <strong>el</strong> volcán inmenso que ar<strong>de</strong> en tu corazón. Si fui<br />

impru<strong>de</strong>nte, lo confieso, tú tuviste la culpa. ¿Por qué no me<br />

inspiras una <strong>de</strong> esas débiles pasiones, un amor pasajero, <strong>de</strong><br />

esos que es dado al hombre disimular, <strong>de</strong> esos que no se asoman<br />

a los ojos, que no hablan <strong>de</strong> continuo en la lengua <strong>de</strong>l<br />

amante, <strong>de</strong> esos que pasan y se acaban y dan lugar a otros?<br />

¡Ay! Tú lo ignoras, <strong>El</strong>vira. Hay un amor tirano; hay un amor<br />

que mata; un amor que <strong>de</strong>struye y anonada como <strong>el</strong> rayo <strong>el</strong><br />

corazón en <strong>don</strong><strong>de</strong> cae, que rompe y aniquila la existencia, y<br />

que es tan fácil <strong>de</strong> encerrar, en fin, en lo profundo <strong>de</strong>l pecho,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!