08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 146 – Capítulo XIV<br />

—Vuestra turbación os <strong>de</strong>lata; pero esa impru<strong>de</strong>ncia permanecerá<br />

oculta en mi pecho. Conozco a esa <strong>El</strong>vira, y su<br />

honor me es harto caro...<br />

—Nunca podría pa<strong>de</strong>cer su honor...<br />

—Bien, ¿qué importa <strong>El</strong>vira? La prenda que me pedís,<br />

si mañana, ante la corte toda, <strong>el</strong> Rey <strong>de</strong>creta <strong>el</strong> du<strong>el</strong>o y <strong>el</strong><br />

juicio <strong>de</strong> Dios, la tendréis; pero ni os podréis nombrar mi<br />

caballero ni exigiréis <strong>de</strong> mí que me <strong>de</strong>scubra. Básteos saber<br />

que conozco <strong>de</strong>masiado a la dama que nombrasteis y que sé,<br />

<strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>, que <strong>el</strong>la no viniera a vos.<br />

—¿Eso sabéis?<br />

—Lo sé.<br />

Dejó caer Macías al oír estas dos palabras, pronunciadas<br />

con funesta tranquilidad, la mano con que tenía asida una<br />

punta <strong>de</strong> la ropa <strong>de</strong> la tapada como para <strong>de</strong>tenerla. Inclinando<br />

en seguida la cabeza <strong>de</strong>claró que al día siguiente se<br />

hallaría en la corte <strong>de</strong> <strong>don</strong> <strong>Enrique</strong>, y ofreció su mano a la<br />

<strong>de</strong>sconocida; aceptóla ésta para salir, pero un notable temblor<br />

la agitaba; oprimióla suavemente <strong>el</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong>, como si quisiese<br />

tentar este último y <strong>de</strong>sesperado recurso para salir <strong>de</strong> su<br />

terrible duda; un movimiento involuntario y convulsivo correspondió<br />

a su indicación, y en <strong>el</strong> mismo momento la tapada,<br />

volviendo en sí, arrancó su mano <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> y se lanzó<br />

fuera <strong>de</strong> la estancia. Arrojóse en pos Macías; iba a prosternarse<br />

a sus pies, iba a hablar, pero un a<strong>de</strong>mán imperioso<br />

<strong>de</strong> la negra fantasma le mandó apartarse, y más rápida en<br />

seguida que esas rojas exhalaciones que surcan <strong>el</strong> espacio en<br />

una oscura noche <strong>de</strong> estío, <strong>de</strong>sapareció a sus ojos la aérea<br />

visión. Macías creyó ver un ser sobrenatural, la sombra acaso<br />

<strong>de</strong> la misma con<strong>de</strong>sa; permaneció con los brazos cruzados y<br />

la vista fija, como si quisiese ver más allá <strong>de</strong> la oscuridad y<br />

<strong>de</strong> la distancia. Entonces oyó un suspiro lanzado a lo lejos,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!