08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 353 – Capítulo XXXIV<br />

—¿Terrible <strong>de</strong>cís? —repuso Rui Pero asomándose a una<br />

ventana—. Sí; parece que <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o se <strong>de</strong>rrite en agua. Sería<br />

una inhumanidad por cierto.<br />

—No po<strong>de</strong>mos consentir —añadió Ferrus—, que dos ministros<br />

<strong>de</strong>l Altísimo que<strong>de</strong>n a la intemperie en una noche...<br />

—En buen hora; que entren —dijo Rui Pero al ballestero,<br />

quien se fue a cumplir la or<strong>de</strong>n,<br />

—¡Voto va! —añadió Ferrus—, éramos dos y seremos cuatro.<br />

Aún queda vino en esa vasija para otros tantos, y los<br />

padres no se <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñarán <strong>de</strong> hacernos un rato <strong>de</strong> compañía,<br />

yendo sobre todo <strong>de</strong> camino. Todo <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro que po<strong>de</strong>mos<br />

rec<strong>el</strong>ar <strong>de</strong> los santos varones, señor camarero, es que nos<br />

echen algún sermón en latín que no entendamos, y así como<br />

así, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un rato ya no nos íbamos a enten<strong>de</strong>r nosotros<br />

dos, según la faena que damos a nuestras copas.<br />

Una carcajada <strong>de</strong> Ferrus al concluir estas palabras probó<br />

que todavía no había perdido la costumbre, que se había<br />

hecho en él naturaleza, <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir bufonadas a todo trance, a<br />

pesar <strong>de</strong> su nueva dignidad.<br />

De allí a poco entraron humil<strong>de</strong>mente en <strong>el</strong> salón dos<br />

reverendísimos padres, cuyos hábitos <strong>de</strong>rramaban a hilos <strong>el</strong><br />

agua, como un paraguas expuesto por gran rato a la lluvia y<br />

que se arrima a un rincón a medio cerrar.<br />

Saludáronles cortésmente nuestros dos amigos, y <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> los primeros cumplimientos les invitaron a que se acercasen<br />

para secar sus hábitos al hogar, <strong>don</strong><strong>de</strong> quedaron mirándose<br />

unos a otros largo espacio los dos opuestos alcai<strong>de</strong>s y<br />

los dos bien avenidos frailes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!