08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 42 – Capítulo III<br />

—Teneos, María; y acabemos... Si lo sabéis, y si ya <strong>de</strong> mucho<br />

tiempo habéis consentido en <strong>el</strong>lo, <strong>de</strong> nada servirá vuestra<br />

tenacidad; dadme vuestro consentimiento y retiraos a un<br />

monasterio. Los estados <strong>de</strong> Salmerón, Alcolea y Val<strong>de</strong>olivas<br />

que me trajisteis al matrimonio pagarán espléndidamente<br />

vuestra dote.<br />

—Nunca; lo sé, y sé que todos mis esfuerzos serán inútiles;<br />

ce<strong>de</strong>ré, sí, ce<strong>de</strong>ré a la fuerza <strong>de</strong> los sucesos; empero nunca<br />

pondré yo misma la primera piedra para <strong>el</strong> edificio <strong>de</strong> mi<br />

<strong>de</strong>shonra. Haced, <strong>don</strong> <strong>Enrique</strong>, lo que gustéis; pero puesto<br />

que queréis guerra, guerra os juro <strong>de</strong> muerte...<br />

—María, es en vano; <strong>de</strong>sprecio tus balandronadas; mira<br />

ese pergamino: tu firma hace falta al pie...<br />

—Dejadme... Soltad...<br />

—No os iréis sin firmarle.<br />

—¿Cuál es su contenido?<br />

—Una <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> divorcio que pedís vos misma...<br />

—¿Yo? Soltad.<br />

—No —exclamó <strong>don</strong> <strong>Enrique</strong> <strong>de</strong>teniéndola con una mano,<br />

mientras le enseñaba <strong>el</strong> pergamino extendido sobre la mesa<br />

con la otra, en que r<strong>el</strong>ucía su agudo puñal.<br />

—¡Nunca! ¡Socorro! ¡<strong>El</strong>vira! ¡<strong>El</strong>vira! —gritó la <strong>de</strong>sesperada<br />

con<strong>de</strong>sa huyendo hacia la cámara.<br />

—Callad, o sois muerta —interrumpió con voz reconcentrada<br />

<strong>el</strong> con<strong>de</strong>, fuera <strong>de</strong> sí, arrojándose <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> <strong>el</strong>la para<br />

impedirle la salida—; callad o templad este puñal.<br />

Pero ya era tar<strong>de</strong>: la con<strong>de</strong>sa había llegado al colmo <strong>de</strong> su<br />

indignación, que estallaba en aqu<strong>el</strong>la coyuntura con tanta<br />

más fuerza cuanto mayor tiempo había estado comprimida<br />

en <strong>el</strong> fondo <strong>de</strong> su corazón. En vano procuraba taparla la boca<br />

su iracundo esposo imponiéndole repetidas veces la mano<br />

sobre los labios; no bien la separaba, sonidos inarticulados

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!