08.05.2013 Views

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

El doncel de don Enrique el Doliente - Djelibeibi

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong><strong>don</strong>c<strong>el</strong></strong> ... – 409 – Capítulo XXXIX<br />

—Atrás. Parece que es nuevo <strong>el</strong> compañero según la pregunta.<br />

Aquí cae; pero atrás.<br />

—Ved que os vengo a r<strong>el</strong>evar. ¡Voto va! podéis iros a <strong>de</strong>scansar.<br />

—¿A <strong>de</strong>scansar, y hace un cuarto <strong>de</strong> hora que estoy en<br />

esta facción?<br />

—¡Malo! —dijo para sí Hernando.<br />

—No conozco yo la voz <strong>de</strong> ese compañero —dijo entre<br />

dientes <strong>el</strong> centin<strong>el</strong>a, armando su ballesta—. ¡Ea! atrás digo.<br />

—¡Cuerpo <strong>de</strong> Cristo! —exclamó furioso Hernando, viendo<br />

que su astucia no había surtido efecto—; si no conoces mi<br />

voz, jabalí, conocerás mi mano —dijo, y se abalanzó sobre <strong>el</strong><br />

contrario.<br />

Retrocedió éste gritando «¡Traición! ¡Traición!» y disparó<br />

su ballesta; recibió Hernando la saeta en <strong>el</strong> brazo izquierdo;<br />

pero no haciendo más caso <strong>de</strong> <strong>el</strong>la que <strong>de</strong> la picadura <strong>de</strong> un<br />

insecto, levantó su mano <strong>de</strong> hierro, y asiendo <strong>de</strong>l centin<strong>el</strong>a<br />

por la garganta, alzóle <strong>de</strong>l su<strong>el</strong>o, diole dos vu<strong>el</strong>tas en <strong>el</strong> aire<br />

con la misma facilidad y <strong>de</strong>sembarazo que da vu<strong>el</strong>tas un muchacho<br />

a su honda, y <strong>de</strong>spidiólo contra la pared <strong>de</strong>l corredor,<br />

<strong>don</strong><strong>de</strong> produjo <strong>el</strong> inf<strong>el</strong>iz un chasquido hueco, semejante al <strong>de</strong><br />

una inmensa vejiga que revienta, cayendo <strong>de</strong>spués al su<strong>el</strong>o<br />

sin más acción que un costal o un haz <strong>de</strong> fajina. Arrancóse<br />

en seguida la saeta <strong>de</strong>l brazo Hernando, y pasándola por<br />

los talones <strong>de</strong>l vencido, colgólo en la pared <strong>de</strong> una fuerte<br />

escarpia que servía para suspen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> noche una lámpara,<br />

<strong>don</strong><strong>de</strong> le <strong>de</strong>jó cabeza abajo en la misma forma que hubiera<br />

hecho con un venado. Sin reparar en la sangre que <strong>de</strong> su<br />

herida corría, abalanzóse <strong>de</strong>spués Hernando con las llaves<br />

a la escalera, la cual bajó con la misma priesa y ansiedad y<br />

latiéndole <strong>el</strong> corazón con la misma fuerza que si le esperase<br />

abajo una querida que fuese a ver solo por primera vez.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!