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el bautismo

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68<br />

LA TEOLOGÍA Y LA PRÁCTICA DEL BAUTISMO<br />

servidor de Dios que va hacia <strong>el</strong> sufrimiento. Dios ha dado su Espíritu<br />

a Jesús y ha confirmado su calvario: Tu eres «mi siervo a quien<br />

yo sostengo» (Is 42: 1), <strong>el</strong> Hijo bienamado ofrecido en sacrificio por<br />

<strong>el</strong> Padre (Abrahán, Isaac). De ahí le viene la fuerza para seguir su<br />

camino de sufrimiento. 99<br />

No solo <strong>el</strong> siervo de Dios d<strong>el</strong> libro de Isaías pasa por <strong>el</strong> sufrimiento,<br />

sino que además sufre inocente, por los demás (Is 53: 11-12).<br />

Jesús interpretó su sufrimiento, a través de Isaías 53, como la de un<br />

sustituto. 100 Esto podía verse bosquejado ya en <strong>el</strong> <strong>bautismo</strong> de<br />

Jesús. Según Malaquías 3: 3, un hecho, <strong>el</strong> juicio (por <strong>el</strong> fuego) debía<br />

sucederles a los levitas para hacerles aptos de ministrar «ofrenda<br />

con justicia». Jesús quería cumplir esta palabra; pero no trayendo<br />

juicio sobre los demás, como esperaba <strong>el</strong> Bautista, sino tomándolo<br />

sobre sí mismo. Quería llevar “la ofrenda con justicia”; quería<br />

ser él mismo ofrenda. Es en este sentido que su <strong>bautismo</strong> (en la<br />

muerte) es “<strong>el</strong> cumplimiento de toda justicia” (Mt 3: 15). 101<br />

99 Cf. JEREMIAS, J. NT Theologie, op. cit., p. 60-61 (ed. esp.: p. 72-73). H. W.<br />

Bartsch interpreta así la voz c<strong>el</strong>estial: «Tú eres bautizado no por tus pecados, sino<br />

por los de todo <strong>el</strong> pueblo» (BARTSCH, H. W. «Die Taufe im Neuen Testament».<br />

EvTh 8, (1948/49), p. 89,).<br />

100 STUHLMACHER, P. Biblische Theologie des NT, op. cit., p. 146, 154-155; JE-<br />

REMIAS, J. NT Theologie, op. cit., p. 272-284 (ed. esp.: p. 332-346).<br />

101 John A. T. ROBINSON estima que las gentes de Qumrán se consideraban como<br />

aqu<strong>el</strong>los que obtendrían la redención de Isra<strong>el</strong>, también por una expiación sustitutiva,<br />

en tanto que sacerdotes de Qumrán. 1QS 8.3, 4. (ROBINSON, John A. T.<br />

«The Baptism of John and the Qumran Community». Harvard Theological Review<br />

50 [1957], p. 185-186). O’Neill supone que se creía que <strong>el</strong> Bautista debía morir<br />

(pasar por <strong>el</strong> <strong>bautismo</strong> de la muerte), para obtener la salvación de personas bautizadas<br />

por él (O’NEILL, J. «The Origins of Christian Baptism», op. cit., p. 102). Pero<br />

esto es rebatible.

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