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Al Señor don Jorge Atucha

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Santos Vega o Los mellizos de la flor : rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778 a<br />

1808)<br />

que al sol, la luna y el mundo<br />

Dios los mantiene en el aire<br />

suspendidos, dando güeltas,<br />

sin permitirles ladiarse<br />

del círculo señalao,<br />

sino que giran costantes,<br />

con aquella liviandá<br />

primorosa con que saben<br />

en el campo muchas veces<br />

serenamente elevarse,<br />

dando vuelta suspendidas,<br />

las finas flores que esparce<br />

sobre un tostado cardal<br />

la alcachofa al marchitarse,<br />

y que a los soplos del viento<br />

suelta estrellas relumbrantes.<br />

- XXXIII -<br />

El callejón de Ibáñez. -La cárcel de Buenos-Aires. -Los portales del cabildo. -Los alimañas. -¡Qué<br />

gente aquella! 273<br />

Ahora, me dirán ustedes<br />

y el Pampa y Luis ¿dónde están?<br />

dónde diablos los llevaron<br />

después que los agarraron?<br />

Bueno; les voy a contar,<br />

primero, dónde fue a dar<br />

273 Callejón de Ibáñez: en el camino de Buenos Aires a San Isidro, había un monte que se pasaba<br />

por un camino estrecho o especie de callejón, <strong>don</strong>de se emboscaban entonces algunos salteadores; y<br />

como ese monte pertenecía a un señor Ibáñez, el callejón tomó su nombre; nombre que los chuscos se<br />

lo aplicaron en la ciudad a los corredores o arcada de la casa del Cabildo, <strong>don</strong>de andan tropezando<br />

unos con otros los alguaciles, los procuradores, los escribanos y los jueces, etc., etc.<br />

226

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