Al Señor don Jorge Atucha

Santos Vega o Los mellizos de la flor : rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778 a
1808)
aterrante equivalieron:
-Apenas tengo valor
en este istante mortal,
cuando es preciso, señor,
volverle a decir que he sido
tan ingrato y malhechor
desde mis primeros años;
como asesino y ladrón.
Por eso fui presidario,
pena a que me destinó
la justicia, después qué
la vida me perdonó...
Y no está lejos de aquí
quien entonces me salvó.
Del presidio me escapó,
gracias a un crimen atroz
que para eso cometí;
y entonces me persiguió
la justicia en todas partes,
hasta que al fin me creyó
ahugao en el Paraná,
adonde por nadador
me salvé de perecer,
y entonces ya se olvidó
hasta mi nombre en el mundo.
Después de eso, continuó
mi vida de delincuente,
y por último, fui yo
el criminal alevoso
que a Genaro le clavó
un puñal, en la Vitel,
y ese día me marcó
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