Al Señor don Jorge Atucha

Santos Vega o Los mellizos de la flor : rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778 a
1808)
Yo sólo sé que allá estuve
veinte meses asistido
por el memo Cocomel,
por mi hermana y mi sobrino,
y dos buenos curanderos
de los que tienen los Indios.
Después de esos veinte meses
enderezarme he podido,
hasta hoy, que gracias a Dios,
del todo restablecido,
tengo la felicidá
de hallarme aquí reunido
a mi adorada Azucena,
a mis amados padrino;
y para alabar a Dios
al cura del Pergamino.
Ahora por fin les diré
que para siempre venimos
a vivir cerca de ustedes,
sin recelo de los Indios,
ni haber agraviao a naides;
pues Cocomel nos ha dicho,
abrazándonos a todos
al tiempo de despedirnos,
que siempre y en todas partes
será nuestro buen amigo;
y que nos hará querer
y respetar por los Indios.
Cuando Genaro acabó
su relación, don Faustino
a Manuel le dio un abrazo
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