Al Señor don Jorge Atucha

Santos Vega o Los mellizos de la flor : rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778 a
1808)
a esconderse el saltiador.
El talar era tupido,
y cuando se entra al rincón
queda a la mano derecha
después, las barrancas son
llanuras como la pampa,
con uno que otro albardón;
pero escasonas de montes,
hasta allá, a la imediación
del río Colastiné 352 ,
donde ya las costas son
hasta el Chaco , sigún dicen,
montes, sin ponderación,
que empiezan por el Naciente
y acaban donde entra el sol;
pues ansí lo asiguraba
el capitán Pascualón,
que no sabía mentir
aunque mamando aprendió.
Pero, dejando eso a un lao
volviendo al saltiador,
vamos a ver cómo y dónde
le echó las mansas Berón
con toda la inteligencia
de un gancho buen rastriador.
Esa noche que el chaná
a dormitar se tendió,
tan cuajao estaba el cielo
de estrellas, que el resplandor
era como el de la luna
352 Colastiné: reo de la provincia le Santa Fe.
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