Al Señor don Jorge Atucha

Santos Vega o Los mellizos de la flor : rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778 a
1808)
se supo de un modo claro
que había sido el cochero
más ruin de don Bejarano.
Ansí fue que de la casa
de la viuda, muy callado,
se largó sin despedirse;
pero desató el caballo
del dijunto, lo ensilló,
y dejó el suyo cansado.
A esa hora completamente
la noche había cerrado,
y el hombre desconocido
no se había separado
de la cama de Jacinto.
Allí lo estaba mirando
fijamente y conmovido;
y allí por fin balbuciando
a la viuda le rogó,
de un modo muy contristado,
le permitiera el velar
en esa noche al finado,
y servirle a la familia
en todo lo necesario.
-Sí, señor, díjole Rita
agradecida y llorando
ahora mesmo puede usté
desensillar su caballo,
y un grandísimo favor
nos hará en acompañarnos,
pues de buena voluntá
confío en que usté, paisano,
también nos ayudará
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