14.06.2013 Views

ENSAYISTAS COSTARRICENSES - Sinabi

ENSAYISTAS COSTARRICENSES - Sinabi

ENSAYISTAS COSTARRICENSES - Sinabi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Yo también suelo cuidar personalmente mi lawn, pues que<br />

aquí, para los que tenemos pocos medios, el consejo de Cándido es imperativo:<br />

il faut cultiver son jardín; además de que me han prescrito<br />

el ejercicio como benéfico a la digestión y a los nervios. Pero luego que<br />

he cortado la yerba gusto de sentarme descansadamente a verla crecer<br />

otra vez, a rumiar recuerdos o a ver pasar las nubes. ¡Tres ocupaciones<br />

indignas y casi criminales en los Estados Unidos!<br />

No sé qué piensen nuestros vecinos de mis hábitos sedentarios.<br />

Quizá los interpreten como una forma benigna de la malaria del trópico,<br />

pues ellos son sanos de alma y de cuerpo y no saben de otro microbio del<br />

sueño que el que produce la sleeping sickness entre los negros de África.<br />

¡ Dichosa gente!, me digo con envidia. Son prósperos, enérgicos,<br />

saludables, alegres, dispuestos siempre a trabajar con la alegría con<br />

que otros se divierten y a divertirse con el mismo ardor con que trabajan;<br />

no poseen casi pasado que les pese sobre sus espíritus simplistas,<br />

directos, acometedores; ven la vida como un juego en el cual la fuerza<br />

y la destreza dan el triunfo; tienen de todo un concepto realístico, sin<br />

complicaciones ni distingos estorbosos; no sienten ansiedades metafísicas<br />

ni preocupaciones culturales que no sirvan un objeto de inmediata utilidad;<br />

han rodeado su existencia del com f ort que antes era privilegio de<br />

unos pocos; han sorprendido al mundo con la organización prodigiosa<br />

de sus industrias y el poder incontestable de sus banqueros; han impuesto<br />

en todas partes sus métodos, y en algunas algo más que sus métodos;<br />

son dueños en fin del oro del mundo y serán los amos del porvenir.<br />

Europa tiembla ante ellos por sus mercados y por los principios básicos<br />

de su civilización y comienza a darse cuenta de la posibilidad de convertirse<br />

algún día en el playground de estos enfants terribles, a quienes<br />

Víctor Hugo les regaló en su infancia las estrellas, pero a quienes les<br />

pareció mejor cogerse la tierra.<br />

Sí, gran pueblo, me digo, pero luego pienso que esta civilización,<br />

asombrosa en su aspecto material, no es bastante a satisfacer mi alma<br />

20 2

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!