BIOETICA Y PSIQUIATRIA
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BIOÉTICA Y PSIQUIATRÍA. LOURDES MENDIBURU.<br />
teórico del diagnóstico de las enfermedades mentales, cuya etiología, en la mayoría de los<br />
casos, no ha llegado a establecerse todavía.<br />
En lineas generales, el DSM (antes citado) define las enfermedades mentales<br />
describiendo sus rasgos clínicos (signos ó síntomas conductuales fácilmente identificables).<br />
Además, las últimas ediciones del DSM no clasifican las enfermedades según etiologías, sino<br />
en función de sus características clínicas comunes. Asimismo, enumeran una serie de criterios<br />
específicos que aumentan la fiabilidad de los diagnósticos, (y así es posible un acuerdo a gran<br />
escala de un número importante de enfermedades). El acuerdo es menor en el caso de otros<br />
trastornos con criterios menos claros, como los trastornos de personalidad.<br />
La clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) de la O.M.S. es muy utilizada<br />
en otros países. Aunque con descripciones menos detalladas que en el DSM, también permite<br />
una relativa seguridad en el diagnóstico, sobre todo en los trastornos mentales más severos.<br />
En la antigua Unión Soviética, sin embargo, entre los años 1960-1980 (finales) estuvo<br />
en vigor un sistema nosológico que, aunque en muchos aspectos era muy descriptivo, no se<br />
basaba, a diferencia del DSM, en una investigación según los patrones científicos<br />
comúnmente aceptados. Este sistema empleaba unos criterios tan amplios y elásticos de los<br />
trastornos esquizofrénicos que permitían que se emitiera este diagnóstico en casos en que, en<br />
Occidente, no se diagnosticaría enfermedad mental.<br />
Este sistema soviético fue desarrollado por Snezhnevsky, y dominó en la psiquiatría<br />
soviética. Su sistema nosológico se concentró sobre todo en la esquizofrenia, de la que ofrecía<br />
una definición tan extraordinariamente amplia, que se extendía más allá de la psicopatología<br />
esquizofrénica hasta englobar casi toda la patología mental. Este autor ofrece tres formas de<br />
esquizofrenia (continua, periódica y cicloide), lo que resulta singular (y problemático) es que<br />
la forma continua, y la cicloide, tienen subtipos de intensidad leve a grave, y que, en ambas,<br />
los subtipos leves se caracterizan por síntomas que no son psicóticos. Los psiquiatras de otros<br />
países, en su gran mayoría, estarían de acuerdo en que los pacientes, que, según la escuela de<br />
Moscú tienen el subtipo de esquizofrenia leve, antes citados, considerarían que no son<br />
esquizofrénicos, sino que presentan una neurosis, psicopatía, un trastorno de personalidad, o<br />
incluso que no tienen ninguna enfermedad mental. Además la “etiqueta” de enfermedad<br />
mental, según la escuela de Moscú, tenía una base genética, y el “estigma” se mantenía por<br />
vida.<br />
Además de un estudio piloto (EPIE) realizado a comienzos de 1970, donde el ordenador<br />
clasificó un mayor número de diagnósticos de la Escuela de Moscú, no como psicóticos, sino<br />
como neuróticos y depresivos; la confirmación final de que el sistema de Moscú tendía a un<br />
diagnóstico excesivo de esquizofrenia, la aportó un psiquiatra soviético (Kazanetz) que<br />
demostró con su propio método informático que la Escuela de Moscú diagnosticaba de<br />
esquizofrenia endógena, y de enfermedad endógena, a pacientes que sufrían trastornos de tipo<br />
agudo y con causa externa.<br />
Con este sistema nosológico, los disidentes soviéticos en su mayoría, se les arrestaba y<br />
la KGB les derivaba a estudio psiquiátrico, aunque no hubiera razones para pensar en ello.<br />
Muchos eran diagnosticados de esquizofrenia leve, lo que permitía un juicio en ausencia del<br />
acusado, un ingreso durante tiempo indeterminado en psiquiátricos penitenciarios, y la<br />
desvalorización de sus puntos de vista como si fueran mentes enfermas. En 1989, una<br />
delegación de psiquiatras norteamericanos visitó la Unión Soviética y respaldó estos datos.<br />
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