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BIOETICA Y PSIQUIATRIA

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BIOÉTICA Y PSIQUIATRÍA. LOURDES MENDIBURU.<br />

LA TENTACION DEL DIAGNOSTICO COMO SOLUCION PARA<br />

PROBLEMAS HUMANOS<br />

La tercera fuente de diagnósticos erróneos no intencionados en psiquiatría,<br />

probablemente la más significativa, es lo tentador que resulta recurrir al diagnóstico para<br />

resolver ó evitar complejos problemas humanos: un diagnóstico puede trasformar el terror del<br />

caos en el bienestar de lo conocido; el peso de la duda en el deleite de la certeza; la vergüenza<br />

por el daño causado a otros por la satisfacción de ayudarlos, y la imprecisión del dilema moral<br />

por la claridad de la verdad médica. A continuación pasamos a describir cada uno de estos<br />

ejemplos.<br />

Diagnóstico como explicación, mitigación y exculpación<br />

La ley es el campo en que la tentación del diagnóstico es más evidente. Es habitual que<br />

se solicite a los psiquiatras su participación como peritos en juicios por diversos crímenes. No<br />

es raro que la acusación y la defensa presenten peritos que opinan de forma contrapuesta<br />

cuando se les pregunta si los actos del acusado se debieron o no a una enfermedad mental.<br />

Naturalmente, acusados y defensores suelen buscar un “eximente de responsabilidad penal<br />

por enfermedad mental”, aunque sospechen o sepan que el acto delictivo no tenía ninguna<br />

relación con una enfermedad mental, lo cual es debido a que crean que, al menos en delitos<br />

tan graves como el asesinato o la violación, el internamiento en un hospital pude durar menos<br />

que la pena que hubiera recaído sobre el acusado si se le considerara culpable, y no enfermo<br />

mental. Con todo, algunos delitos sí se deben a una enfermedad mental, y, para esta<br />

eventualidad, la ley reconoce que la locura limita la voluntad y califica a quien carece de libre<br />

voluntad como legalmente no responsable de sus acciones.<br />

El problema es que se ha intentado extender el papel de los psiquiatras a ciertos campos<br />

sobre los cuales éstos no tienen conocimientos para buscar una explicación diagnóstica (y<br />

una justificación legal), para comportamientos criminales que no guardan relación con estados<br />

psicóticos clásicos (problemas como la coerción, la persuasión, o la influencia). En algunos<br />

casos, los abogados defensores pretenden que los psiquiatras testifiquen acerca de los efectos<br />

de ciertas presiones ambientales sobre el desarrollo y la capacidad de juicio del individuo, y<br />

sobre el papel de estos factores en el comportamiento criminal, queriendo finalmente que sus<br />

defendidos queden con una pena mitigada, o exculpados totalmente.<br />

Un caso ilustrativo fue el juicio contra Patrici Hearst en 1976 por atraco a un banco, en<br />

el que se afirmó que no hubo intención criminal en la acusada, por haber actuado tras ser<br />

víctima de un proceso de “persuasión coercitiva” que había afectado a su voluntad. La<br />

defensa, muchos psiquiatras y otros observadores admitieron esa exculpación diagnóstica,<br />

pero el jurado la rechazó y no aceptó la explicación diagnostica como base para la<br />

exculpación legal. Otro caso parecido fue el de un juicio celebrado en Florida, en el que se<br />

acusaba a un joven de haber matado a una anciana; la defensa alegó que la violencia de la<br />

televisión había afectado al acusado. Como en el caso Hearst, el jurado encontró inadecuado<br />

que se utilizara un diagnóstico para justificar convincentemente el comportamiento del<br />

acusado.<br />

A pesar de todo, seguirán existiendo psiquiatras que realicen peritajes apoyando<br />

defensas psicológicas de todo tipo, como que las acciones criminales se debieron a factores<br />

relacionados con la primera infancia del acusado, ó a presiones de sus compañeros<br />

adolescentes. Aunque estas influencias existen, no se sabe apenas nada sobre cómo afectan a<br />

la capacidad de juicio y a la voluntad individuales. Tampoco es extraño que los psiquiatras<br />

desvíen el diagnostico hacia estos casos. Es un viraje natural cuando es necesario explicar un<br />

comportamiento no deseado que se puede apreciar diariamente (como hacen las periodistas y<br />

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