LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net
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descubrí. Ya les digo que cada uno teníamos nuestra especialidad. A partir de<br />
entonces, siempre que Pat venía a verme pedía que Rafael la cantase. ¿A quién<br />
puede no gustarle?<br />
-Pero yo no había mencionado el nombre del caballo ni de su ji<strong>net</strong>e<br />
desaparecido y usted... -insistí.<br />
-Sí, ya sé que Pat se ha marchado.<br />
-¿Adónde se ha ido y por qué? -Ahora el Príncipe se tornó apremiante-.<br />
Ayúdenos, señora, por favor.<br />
Ella guardó un breve silencio, después suspiró.<br />
-Pienso que por fin se ha ido a la isla. Estaba cada vez más obsesionado con lo<br />
que él llamaba la pregunta, la gran Pregunta... Insistía una y otra vez en que los<br />
casos de buena suerte de los que se ocupan los miembros de la Hermandad son<br />
meramente circunstanciales, episódicos. Porque ¿cuál es en realidad la buena suerte<br />
para un ser humano, para cualquiera, para todos? Ésa es la pregunta y según él no<br />
debe tener más que una sola y única respuesta. Le desespera no conocerla. Hace<br />
poco más de un mes comenzó a referirse de modo poco claro a una isla donde vive<br />
alguien que podría darle esa clave que busca. Por lo visto ha entrado en contacto con<br />
otra gente, con gente que no pertenece a la Hermandad. No sé cómo ni quiénes son.<br />
Puede que fuesen ellos quienes contactaran con él. En cualquier caso, no me gustan.<br />
No creo en la respuesta que pueden darle. Temo lo peor.<br />
-¿Piensa usted que se proponen hacerle algo malo a Pat?<br />
-Me refiero a lo peor para mí. Creo que se ha ido a esa dichosa isla y que<br />
probablemente no volveré a verle. Es culpa mía, porque no me atreví... -Bajó la vista<br />
y jugueteó con una servilleta sobre el mantel. El Príncipe intentó de nuevo tomar su<br />
mano, pero ella la apartó-. A mí la respuesta a la gran Pregunta me parece obvia, tan<br />
obvia que es doloroso decirla en voz alta. La única buena suerte de cualquiera, de<br />
todos, es el amor. Lo inmerecido, lo que llega sin saber cómo, lo que todo desmiente<br />
y sin embargo ahí está. Pero esa respuesta no puede darse con palabras, como una<br />
teoría más. Hay que revelarla con un gesto. Y yo no me atreví a hacerlo. Por eso no<br />
pude impedir que Pat se fuera...<br />
-Pero si usted le quiere... -Me sentí tan torpe al decirlo, tan espeso.<br />
-Con la edad, el amor es ya como el mar en invierno. -Alivió su rostro<br />
marchito y elegante con una sonrisa casi pícara-. ¿No les ha pasado alguna vez? Una<br />
vuelve a visitar en febrero o comienzos de marzo la playa en la que tanto<br />
disfrutamos el pasado agosto. El día está claro, despejado. Tenemos toda la playa<br />
vacía para nosotros. Y el mar, en calma, nos invita a los placeres estivales. ¿Por qué<br />
no intentarlo? La temperatura resulta agradable... al menos para la estación en que<br />
estamos. Aparentemente nada ha cambiado y la seducción del placer sigue viva.<br />
¡Vamos allá! Una se descalza y nota la arena súbitamente fría, inesperadamente fría.<br />
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