LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net
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-Me refiero al método de juego que utiliza, a su sistema, a la combinación que<br />
ha encontrado para desbancar al casino. Ya sé que no tiene nada que ver con la<br />
suerte, que es algo puramente científico, un cálculo. Pero me pregunto...<br />
Volvió los ojos hacia el techo y empezó a sonreír. A sonreír irónicamente.<br />
Luego habló y la boca le apestaba aún a alcohol y a otra cosa todavía más agria. A<br />
muerto.<br />
-De modo que es eso, ¿eh? Quiere usted conocer mi sistema, mi gran secreto.<br />
Pretende usted forrarse a mi costa. Es típico de todos los buenos samaritanos que he<br />
conocido...<br />
-¡No, me está usted malinterpretando! Yo no juego, el juego, las apuestas, todo<br />
eso no me interesa... Soy un racionalista, nada más. Me interesa la ciencia, el<br />
conocimiento. Lo único que quisiera es que usted me confirmase que tiene un<br />
método de juego gracias al que infaliblemente gana, sin que la suerte tenga nada que<br />
ver en el asunto.<br />
-Ah, usted es un sabio desinteresado. Eso está muy bien -soltó una risotada<br />
que acabó en un dramático golpe de tos-, pero que muy bien. No se preocupe, voy a<br />
revelarle lo que quiere saber. Sí, carajo, sí, con todo detalle. Me da igual que lo utilice<br />
para forrarse o no, nunca he temido a la competencia. Además, no sé por qué tengo<br />
la impresión de que voy a tardar mucho en ver otra ruleta... ¡como no las haya en el<br />
jodido infierno!<br />
Se rió un poco más, entre estertores, mientras yo atendía cuanto salía de su<br />
boca como si a mí también se me escapase por momentos la vida. Por fin se puso<br />
serio.<br />
-Mire, amigo, la verdad es que tiene usted razón pero a la vez está<br />
profundamente equivocado. No, no pretendo confundirle, aunque me temo que le<br />
voy a decepcionar. Sí, en efecto, tengo un método, un sistema infalible para ganar.<br />
No lo he aprendido por cálculo sino por experiencia. Y aquí viene lo peor, lo peor<br />
para usted y para su racionalismo, porque mi método genial no tiene nada que ver<br />
con la ciencia, sino con la suerte...<br />
Se ahogaba y tuvo que parar para tomar aliento. Arriba, en la calle,<br />
empezaban a oírse las sirenas de la policía. No pude contenerme:<br />
-¡Siga, por favor, rápido!<br />
-Paciencia, coño, sin atosigar, que el que me estoy muriendo soy yo. A usted<br />
todavía le queda mucho por delante. Verá... Mi método tiene que ver con la suerte,<br />
pero no con la buena suerte a la que adoran esos gilipollas de la Hermandad. Tiene<br />
usted mucha razón, la buena suerte no existe, es un engañabobos. ¡Ah, pero la mala<br />
suerte sí que existe! Es real, muy real: palpable, evidente, salta a la vista. Cuando<br />
llego a la mesa de la ruleta, juego un poco al tuntún, mientras observo a los demás<br />
apostantes y compruebo cómo les va. Muy pronto localizo al que tiene mala suerte.<br />
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