01.03.2015 Views

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

arrinconarlos en la cuadra, se negaba a colaborar durante los entrenamientos, tenía a<br />

todo el mundo atemorizado y de vez en cuando en su mirada furiosamente altiva se<br />

veía que disfrutaba con ello. Una mala bestia, sin duda. Con todos, menos con<br />

Wallace. No es que le mostrase afecto, eso nunca, pero lo aceptaba como a un igual y<br />

en ningún momento se permitió el mínimo movimiento hostil contra él. Le consentía<br />

acercarse, palparle las patas musculosas y el lustroso flanco, incluso inspeccionarle la<br />

boca. Al final de cada jornada de ejercicio, Wallace le calzaba una especie de botas<br />

cerradas llenas de hielo para descongestionarle las extremidades. Luego, se las<br />

friccionaba con alcohol y se las vendaba cuidadosamente para el descanso nocturno.<br />

Y a veces, a la caída de la tarde, en el box lleno de fragante paja fresca recién<br />

cambiada, permanecían ambos en silenciosa y reverente compañía, esperando la<br />

llegada del sueño. Espíritu Gentil se relajaba, olvidando poco a poco las pesadillas e<br />

intemperancias del día. Y Wallace, callado e inmóvil, como ausente, se quedaba allí<br />

junto a él, contemplándole vivir, hasta que definitivamente se cumplía el amplio<br />

aterrizaje de la noche.<br />

Por supuesto, el entrenamiento del díscolo alazán no resultó precisamente<br />

fácil. Puso a prueba casi hasta la extenuación la paciencia oriental de Yukio Osabe, el<br />

ji<strong>net</strong>e encargado desde hacía muchos años de los galopes matutinos. El<br />

comportamiento de Espíritu Gentil oscilaba entre dos extremos: o bien parecía no<br />

querer saber nada del ejercicio y trotaba ramplonamente, como si todavía estuviese<br />

medio dormido, o se despendolaba por completo lanzándose a tumba abierta, para<br />

agotar lo mejor de su energía en unos cuantos cientos de metros. En ambos casos, no<br />

quedaba más remedio que tomarse un descanso y luego volver a empezar de nuevo.<br />

O dejarlo para el día siguiente.<br />

Pero gradualmente Espíritu Gentil se fue acostumbrando a cumplir con<br />

bastante profesionalidad por las mañanas y dejó de darle a Osabe constantes<br />

quebraderos de cabeza, aunque de vez en cuando recaía puntualmente en sus<br />

caprichos de primera hora. Tampoco fue sencillo encontrar un ji<strong>net</strong>e que se<br />

entendiera con el temperamental campeón cuando le tocó ir a los hipódromos. A dos<br />

años debutó perdiendo por un cuello en un compromiso modesto tras no querer<br />

emplearse en la mayor parte del recorrido y luego sus primeras victorias fueron<br />

conseguidas por pura superioridad aplastante, aunque durante cada prueba hizo<br />

todas las arbitrariedades imaginarias para intentar perder. Varios ji<strong>net</strong>es se turnaron<br />

en sus lomos y todos se bajaron proclamando que era un fuera de serie, mientras se<br />

prometían en voz baja no volver a montarlo jamás.<br />

Por fin llegó Pat Kinane. El irlandés aparentemente se limitaba a subirse al<br />

caballo y quedarse lo más quieto posible allí hasta después de haber cruzado la<br />

meta. Pero mandaba y era obedecido, aunque de esa dialéctica sin aspavientos sólo<br />

tuvieran constancia el caballo y él. Porque el más rebelde de los rebeldes, el<br />

Espartaco menos dispuesto a rendirse, también acata la autoridad de algún<br />

emperador secreto cuyo dominio -incontestable y fraterno- sólo él conoce. Y Kinane<br />

sabía pronunciar con leves movimientos de las muñecas o cierto apretón de las<br />

79

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!