01.03.2015 Views

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

No, Lucía, te digo que no es lo mismo lo uno que lo otro. Ahora no se me<br />

ocurren mejores ejemplos, pero estoy seguro de que tengo razón. Y tú también lo<br />

sabes, no me mires con esa cara tan seria pero llena de guasa. ¡Venga, que estás a<br />

punto de echarte a reír! ¿Lo ves? ¡Anda que no te conozco... ! A lo que iba: en efecto,<br />

quien pretende la felicidad suele fracasar; pero los que se esfuerzan en estropear su<br />

vida se salen siempre con la suya. De modo que más vale tener una actitud positiva<br />

ante las cosas, aunque desde luego sin permitirse ningún género de esperanza. A fin<br />

de cuentas estamos perdidos, bueno, pero nada más: mientras tanto se las puede<br />

arreglar uno.<br />

De acuerdo, esa fórmula «actitud-positiva-ante-las-cosas» es una ridiculez, un<br />

lema de manual de autoayuda de la peor especie, un rótulo idiota para algún<br />

embaucador que vende crecepelos espirituales. Que sí, que estamos de acuerdo. Pero<br />

hay tan pocas cosas a las que aferrarse... No tenemos orientación. Hablo por mí,<br />

como bien sabes, desde que tú ya no... ¡Bueno, olvídate de una maldita vez de la<br />

actitud positiva! Retiro lo dicho. En fin, déjame un último intento: fíjate en el<br />

Príncipe. ¿Ves lo que quiero decir? El Príncipe no tiene esperanza pero tampoco<br />

miedo: va por el mundo con una actitud... sí, con una actitud positiva ante las cosas,<br />

no sé expresarlo mejor. No frunzas el ceño, ya sé que el Príncipe no te gusta. Mejor<br />

dicho, sé que no te gusta que nos guste tanto a nosotros, sus amigos, sus<br />

compinches. ¡Qué le vamos a hacer! Para ti el Príncipe nunca ha sido más que el<br />

Príncipe, y para nosotros, fervorosamente, es ni más ni menos que el Príncipe.<br />

En cualquier caso, no te lo menciono para irritarte ni como ideal, sino<br />

sencillamente porque él ejemplifica la modalidad de ánimo con que yo quisiera<br />

afrontar la puñetera existencia, es decir, lo que me queda de ella. La peor parte, ya<br />

sin ti. Vivir, lo que se dice propiamente vivir, no pido que con júbilo pero al menos<br />

sin que cada bocanada de aliento duela, es empeño que me parece inabordable.<br />

Incluso seguir simplemente tirando, puesto que hay que tirar inevitablemente hacia<br />

algún lado, me resulta enormemente difícil. Necesito un rumbo, no un rumbo que<br />

me interese especialmente sino algún rumbo, cualquiera, igual que un coche necesita<br />

tener la carrocería de uno u otro color, feo o bonito, lo que sea. Mera cuestión<br />

práctica, para poder hacer lo que sea sin hacerme ilusiones. De encontrar ese rumbo,<br />

de imaginarlo siquiera, soy incapaz por mí mismo, pero creo -o quiero creer- que<br />

algo puedo conseguir de más o menos efectivo si le sigo. Me refiero al Príncipe,<br />

claro. ¿Alguien puede garantizarme más? Ya no, desde que no te tengo. Puestos a<br />

soñar despiertos, me gustaría recobrar la fuerza que tú me dabas, pero lo cierto es<br />

que ahora estamos como estamos, tú allá y yo acá. Desolado aunque incapaz de<br />

rendirme aún. De modo que no me queda más remedio que conformarme con seguir<br />

al Príncipe.<br />

Tengo que volver a él, perdona. Por lo visto planea otra aventura, algo de<br />

apariencia bastante insignificante que le ha encargado el Dueño. Bien pagado, muy<br />

bien pagado, claro está: lo bueno del Dueño es que no recompensa según la<br />

24

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!