LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net
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A veces es uno solo, otras un par de ellos, pero siempre se les nota. Para eso tengo un<br />
auténtico sexto sentido. Los huelo, como a la rata que se pudre en un desagüe. Se los<br />
nota condenados a perder, apuesten lo que apuesten. Lo demás es muy sencillo: en<br />
cuanto los tengo bien localizados, juego contra él o contra ellos el resto de la noche<br />
Negro contra rojo, pares contra impares... Es infalible, gano siempre. No tengo más<br />
secreto que ése...<br />
Con el habitual derroche de decibelios, un coche de policía seguido por una<br />
ambulancia llegó por la rampa. Frenaron imperiosamente para dar paso a unos<br />
camilleros, un sanitario y un par de policías. Me incorporé y me aparté un poco, con<br />
el fin de dejarlos trabajar en paz. Puse cara contrita y solícita de buen ciudadano que<br />
acaba de cumplir con su sagrado deber. Todavía estaba aturdido por lo que acababa<br />
de contarme el supuesto Narciso Bello. Un sanitario le tomó el pulso, examinó la<br />
herida y luego movió la cabeza con preocupación. Los camilleros dispusieron las<br />
parihuelas y le acomodaron con cierta brusquedad sobre ellas, mientras los policías<br />
se me acercaban, cuaderno de notas en mano. Se los veía moderadamente recelosos,<br />
pero yo no tenía nada que ocultar. Comencé a dar mis datos y a contar una versión<br />
abreviada, pero exacta en lo fundamental, de lo que había ocurrido. Pero fui<br />
inesperadamente interrumpido por el sanitario que acompañaba al herido:<br />
-¡Oiga, usted, señor! Parece que este hombre quiere decirle algo...<br />
Los dos policías se acercaron un poco mas a mí, como temiendo que echase a<br />
correr. Quizá llegaba por fin la acusación de mi víctima... Me incliné sobre la camilla<br />
y el galán de la buena suerte, o si prefieres el adversario de la mala, me cogió el<br />
brazo con fuerza. Casi me hacía daño. Tenía los ojos cerrados y habló sin abrirlos,<br />
pero otra vez con la sonrisilla irónica a flor de labios, ahora ya más crispada.<br />
-¡Qué raro es todo, eh! ¿Verdad que todo es rarísimo?<br />
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