01.03.2015 Views

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

desconocido pero previsiblemente lejano. La batalla había concluido y el campo ya<br />

era del Príncipe y sus compañeros.<br />

Primero cayó al suelo la Uzi y después el Comandante, de rodillas, como el<br />

toro bravo al que por fin la estocada no del todo certera del matador termina por<br />

hacer letal efecto. Con la cabeza baja y la barba arriscada sobre el pecho, parecía<br />

murmurar una oscura letanía. El Príncipe se acuclilló a su lado.<br />

-Comandante...<br />

-Los cabrones han conseguido... ¡Psche! -Ya resbalando sobre el suelo<br />

encharcado con su sangre, miró al Príncipe, irónicamente, aunque sus ojos estaban<br />

turbios-. Chico, comparado con tu padre no vales nada. Lo intentas, pero... Él sí que<br />

era grande. Ya no quedan de ésos. Y él sabía que yo, que yo también... Lo hicimos<br />

todo juntos, el Rey y yo. No merece la pena... pero antes... Siempre fui yo, sólo yo...<br />

con el Rey.<br />

nada.<br />

Enseñó un momento los dientes, última mueca de ferocidad, y se fue a la<br />

-Vamos a la casa -ordenó el Príncipe.<br />

Al pasar junto al cuerpo de Tizón, el Doctor lanzó una breve ojeada a su<br />

cráneo partido, del que rebosaba una espesa mermelada rojiza, llena de grumos.<br />

-Es curioso, nunca creí que este tipo tuviese tanto cerebro.<br />

-¡Por favor, doc! -se escandalizó el Profesor al oír el chiste impío.<br />

La puerta principal de la villa estaba abierta. Cruzaron un salón grande,<br />

confortable y hasta lujoso, decorado con un estilo rural pero de diseño: muebles de<br />

aparatoso bambú, esteras de esparto que seguramente llevaban la cotizada firma del<br />

artista en el revés, una rocosa chimenea con aire de no haberse encendido jamás, etc.<br />

Al fondo sonaba un televisor: la voz apresurada, entrecortada y enfática,<br />

retransmitía una carrera de caballos.<br />

Sentado en un sofá ante el aparato estaba un hombre de estatura algo menos<br />

que mediana pero ancho de hombros. Su cabello era de un rubio tan claro que las<br />

cejas parecían blancas, como si fuese un anciano. Fumaba un petardo de algo que<br />

obviamente no olía a tabaco de Virginia. Seguía con tanta atención la carrera<br />

televisada que no advirtió la presencia de los visitantes hasta que estuvieron junto a<br />

él.<br />

-Hola, Pat. ¿Cómo lo llevas? -saludó el Príncipe.<br />

-¡Príncipe, tú por aquí! Y el profe... ¿Qué, habéis venido de visita? ¿Estáis de<br />

vacaciones?<br />

-Algo así. Se te echa de menos, Pat. Te fuiste sin avisar y muchos están<br />

preocupados por ti.<br />

El otro dio una honda chupada al porro y contrajo la cara al tragarse el humo.<br />

146

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!