01.03.2015 Views

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

y no se resigne al acatamiento final de lo necesario. De esta perplejidad<br />

contradictoria, como de tantas otras dulces o amargas de mi vida, eres la<br />

responsable. Para entendernos: yo sé que has muerto, Lucía, asistí a la devastación<br />

del cáncer y a su culminación lógica, irresistible, fatal. También estoy seguro -<br />

estremecido, escalofriantemente seguro- de que ahora sigues los diversos estadios<br />

degradantes que establece para cualquiera de nosotros y para todos el concepto<br />

científico de la muerte. No quiero imaginarte hoy, ahora, no puedo, no lo soporto.<br />

Todo eso lo sé, lo comprendo, doy razón de ello. Pero hay algo más, que se opone a<br />

toda mi acrisolada sensatez. Te sigo viendo, Lucía. Sí, te veo. Ni mejor ni peor de lo<br />

que siempre fuiste, tan imprescindible para mí como en cualquier otro momento<br />

desde que nos conocimos, atenta, irónica, enfurruñada, a veces displicente aunque<br />

sabes que eso no me gusta. Conmigo, no. Te veo y te hablo. Tú lo sabes muy bien y<br />

me comprendes, ¿verdad? Claro que sí.<br />

Por supuesto que no estoy loco ni tengo nada de místico, de modo que ya sé<br />

que esto no puede ser. Pero precisamente porque soy hombre de formación científica<br />

no quiero negar la evidencia de mis sentidos: no digo ni mucho menos que lo<br />

imposible pueda ser, sólo me limito a constatar que lo imposible es. Llego a casa y<br />

me esperas sentada en tu sillón favorito, en el que leías una tras otra novelas<br />

policíacas, o en la cocina, o incluso un par de veces te he encontrado en el retrete y<br />

me he retirado tras cerrar de prisa la puerta, murmurando «¡Huy, perdón!».<br />

Entonces... ¿la muerte? Y que conste que no pienso ahora mejor de ella que<br />

antes. Pero, claro, resulta que te veo y por tanto puedo hablar contigo. Me respondes<br />

asintiendo o negando con la cabeza, sonriendo, amenazándome con el dedo,<br />

sacándome la lengua... No sé si podría evitar verte, pero desde luego no quiero.<br />

¡Hace tanto que no sé vivir sin tu compañía! Quizá se trata de eso: lo mismo que una<br />

tira de papel enrollado guarda cuando se lo alisa la tendencia a recuperar su formato<br />

anterior, puede que el alma también adquiera el pliegue de las frecuentaciones y los<br />

afectos que le han sido imprescindibles. Entonces eso quiere decir que tú sigues<br />

conmigo por costumbre, y por dulce y menesterosa costumbre te sigo viendo yo.<br />

Ahora mismo, ahora mismo te veo: igual que siempre, intacta y cotidiana, un poco<br />

despeinada, algo impaciente por mi manía de darle tantas vueltas a las cosas. Te veo<br />

como fuiste, es decir como eres, o sea como estoy convencido de que nunca dejaras<br />

de ser, aunque lo demás haya cambiado por fuera horriblemente. Te veo así, tal cual,<br />

tú misma. Te veo como si te estuviera viendo.<br />

29

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!