LA HERMANDAD DE LA BUENA SUERTE - Wikiblues.net
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-Vaya, Lucky, tú en cambio nunca serás acusado de callarte lo que sabes.<br />
¡Hermano Mayor, qué paradoja! Debo de ser el Hermano Mayor más pequeñito del<br />
mundo... -Después palmeó la mesa con sus manitas de mario<strong>net</strong>a, como para<br />
despertar a sus oyentes-. ¡Eh, vamos! No pongáis esas caras de intrigados. Con esto<br />
de la moda esotérica seguro que estáis pensando que somos una secta satánica o algo<br />
parecido. ¡Uhhh, los templarios, la Santa Compaña, los adoradores de Belcebú... !<br />
Aceptó con evidente regodeo las muecas divertidas pero algo embarazadas<br />
del Príncipe y el Doctor.<br />
-Me parece que cuando os lo cuente vais a llevaros una decepción. De modo<br />
que, a lo mejor, será preferible que no os diga nada más. ¡Son tan bonitos los<br />
enigmas y tan tristes las soluciones que los aclaran! -Se rió con malicia aunque sin<br />
perder la cordialidad-. Pero no, tranquilos, no voy a pasarme de misterioso. Eso sí,<br />
tendréis que dejarme que cuente la cosa a mi manera. También yo tengo derecho a<br />
disfrutar un poco... Para empezar, ¿qué sabéis del azar?<br />
Como resultaba evidente que no esperaba ninguna respuesta convincente, el<br />
Príncipe se limitó a hacer un amable gesto de sorprendido desconcierto. El orador se<br />
esponjó de gusto, dentro de lo que sus limitaciones físicas permitían tales<br />
engrandecimientos.<br />
-Primero, un poco de erudición. A ratos me gusta la pedantería... aunque sean<br />
ratos cortos, que nadie se asuste. La palabra «azar» viene del árabe. Unos dicen que<br />
su origen es el nombre del castillo de Hasart, que allá por el siglo XII se elevaba en<br />
algún lugar de Siria, cerca de Alepo. Los castellanos debían de ser gente muy<br />
aficionada a juegos y apuestas... Vamos, digo yo, porque en realidad sólo conozco el<br />
nombre del lugar. Claro que no faltan quienes suponen que la etimología de la<br />
palabra hay que buscarla en otro término arábigo, al sar, que significa «el dado». De<br />
modo que vale la conjetura de que en el castillo de Hasart se jugaba a los dados y así<br />
todos contentos, ¿no?<br />
Salvo Lucky, que parecía estar pasándoselo en grande aunque debía de haber<br />
escuchado ya la lección más de una vez, el resto de los contertulios presentaba a esas<br />
alturas un aire de cortés resignación. El improvisado conferenciante alzó un dedito<br />
admonitorio.<br />
-Pero venga de donde sea la palabra azar, la idea o, si preferís, el concepto que<br />
expresa es desde luego mucho mas antiguo. Probablemente uno de los más antiguos<br />
de la humanidad y sin duda el primero con el que los incrédulos se enfrentaron a la<br />
tradicional creencia en los dioses, sus designios y su providencia. Porque hablar de<br />
azar, de la casualidad, la suerte, el hado o la fortuna... todo son formas de negar que<br />
haya razón o propósito divino, y mucho menos justificación moral, en lo que acaece<br />
en nuestras vidas.<br />
-Si no recuerdo mal, también la Fortuna y el Hado fueron dioses... -arguyó el<br />
Príncipe.<br />
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