11.07.2015 Views

Descargar Revista Completa - Revista Fuentes Humanísticas - UAM

Descargar Revista Completa - Revista Fuentes Humanísticas - UAM

Descargar Revista Completa - Revista Fuentes Humanísticas - UAM

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

MIRADA CRÍTICAeconómicamente alas de hospitales, asiloso refugios para niños expósitos, entreotros. Era un modo de acrecentar su papeldestacado en la sociedad y que olíaa expiación por el origen de sus fortunas.La Sociedad de Beneficencia cumplía supapel y las damas aparecían en las revistasEl Hogaro Atlántida, cortando las cintasde inauguración de los inmuebles que suabultada billetera había patrocinado. Laviuda de Ambrosio Olmos no se sustrajo aese influjo ni a las visitas a París, costumbrede las elites argentinas de fines del sigloXIX y comienzos del XX.Sin embargo, fiel al deseo de su esposo,Adelia María Harilaos de Olmos, seocupo de El Durazno en su memoria.Contó para ello con Wilfred, hijo de SamuelAndrew, el mayordomo inglés yafallecido que había sido contratado porel propio Olmos. El joven Andrew se habíacriado en la estancia y respondió a laenseñanza paterna de fidelidad y trabajode tiempo completo; comenzó por tratarde frenar los gastos fabulosos querespondían al afán de la dueña por construir“parques y jardines versallescos, unapiscina fantástica que hacía pensar enpalacios y termas romanas, las pérgolasorladas de flores, los pavos reales junto alas llamas y los guanacos, los cisnes nadandoen lagos artificiales”.En contraposición a esa excesiva demostraciónde riqueza, ella visitaba personalmentelos pabellones del HospitalRivadavia a los que mantenía económicamente,para comprobar la limpieza delas sábanas o la calidad de la comida paralos pacientes y, con igual perseverancia,visitaba la cocina de su palacio y de suestancia principal, para constatar el destinode la comida que sobraba. Estabadotada de una energía que imponía alos que la rodeaban, no aceptaba a loslentos y menos que no se le informarádel aprovechamiento de sus donativos.Esto último digno de practicar en estostiempos cuando no sabemos en qué gradolos apoyos llegan a quien deben.“Severa pero justa”, Adelia ejercía suveto o aceptación en la elección de loscandidatos o candidatas para el casamientode sus sobrinas y sobrinos, lo que haciaextensivos al personal de servicio. Susobrina nieta recuerda que compartíasu médico de cabecera con sus empleadosy no hacía menos a la hora de regalarun ajuar para el recién nacido de su fielayuda de cámara, Ramón, comprado enCasa Gesell “donde vestían a los bebésde las familias ricas”. Si bien era estrictae intransigente con los que haraganeaban,“tuvo empleados por más de treinta añosa los que dejó casas y jubilaciones cuandose sintió morir.” (p. 98)Esta particular mujer, de acuerdo con laeducación pacata recibida, no aprobabala conducta de las mujeres que en lasprimeras décadas del siglo XX se iban liberandono sólo de los corsés físicos sinotambién de los morales. Aborrecía a artistas,literatas y sufragistas, y tuvo particularinquina contra Victoria Ocampo, quiensaltando las convenciones de su épocay clase, se divorció, tuvo amores libres y,para colmo, manejaba despreocupadamentesu Packard por las calles porteñas,llevando a varones célebres que ellainvitaba con su dinero para que ellos expusieransus conocimientos o habilidadesy así ampliar la estrechez cultural desus congéneres.Susana Dillon se refiere a “una épocade agudas diferencias sociales” (cap.14),que tiene en un extremo a la clase privilegiadaque levantó para el primerFUENTES HUMANÍSTICAS 39 MIRADA CRÍTICA 137

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!