Consi<strong>de</strong>remos los datos <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncias por municipio. La tabla 5 muestra las víctimas <strong>de</strong>nunciadaspor municipio en Casanare en las 11 listas. Luego retomemos los resultados que presentanGuzmán et al. Los autores lograron aportar estimaciones <strong>de</strong>sagregadas solamente para el sur(los municipios <strong>de</strong> Sabanalarga, Villanueva, Monterrey, Aguazul, Tauramena, Maní, Chameza,Recetor y Yopal) como subgrupo y los tres municipios TAY (Tauramena, Aguazul y Yopal) porqueexistía una alta <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncias (como se observa en la tabla 5, abajo) y traslapes enlas <strong>de</strong>nuncias a través <strong>de</strong> las 11 listas. Sabemos que todos estos municipios incluidos en lossubgrupos se vieron afectadas por altos niveles <strong>de</strong> violencia y represión. Pero no <strong>de</strong>bemos asumirque porque tenemos menos información sobre el noreste, hubo menos violencia allí. Esa es unaposibilidad. Otra posibilidad es que aquellos lugares sean más remotos, más censurados y menosasequibles a las re<strong>de</strong>s existentes que recaudan <strong>de</strong>nuncias sobre los <strong>de</strong>saparecidos.Tabla 5: Conteos <strong>de</strong> personas <strong>de</strong>nunciadas como <strong>de</strong>saparecidas, por municipioMunicipioPersonas únicasregistradasPorcentaje <strong>de</strong> todas las personasúnicas registradasYopal 382 24.74Aguazul 131 8.48Tauramena 120 7.77Villanueva 103 6.67Monterrey 92 5.96Maní 34 2.20Recetor 34 2.20Chámeza 18 1.17Nunchía 17 1.10Sabanalarga 11 0.17Paz <strong>de</strong> Ariporo 10 0.65Trinidad 9 0.58Pore 7 0.45Orocué 6 0.39Hato Corozal 4 0.26San Luis <strong>de</strong> Palenque 4 0.26Támara 4 0.26Sácama 3 0.19Municipio <strong>de</strong>sconocido 555 35.95Total 1544 100.00La Interpretación Cuantitativa <strong>de</strong> la ViolenciaCasanare: exhumando el genocidioEl primer paso, y el más importante, hacia una interpretación cuantitativa <strong>de</strong> la violencia esreconocer que ninguna lista es completa ni representativa. Una crítica común <strong>de</strong> la estimaciónpor sistemas múltiples es que si se aplicaran suficientes recursos, o que si las organizacionesque recaudan datos aunaran sus esfuerzos para producir una única “lista maestra”, entonces sepodría generar una lista exhaustiva <strong>de</strong> las violaciones. Mi hipótesis es que esto simplemente noes cierto. Aun con once listas y cuatro sistemas, alre<strong>de</strong>dor una tercera parte <strong>de</strong> las violacionesen Casanare permanecieron indocumentadas. Parece que en la medida en que se aña<strong>de</strong>n másy más listas, los casos recién <strong>de</strong>scubiertos se reducen mientras que el número total <strong>de</strong> casosdocumentados se queda muy atrás <strong>de</strong>l total aproximado <strong>de</strong> casos. Ver la tabla 4, arriba.Para una auténtica comprensión <strong>de</strong>l patrón <strong>de</strong> violaciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos, esfundamental po<strong>de</strong>r acce<strong>de</strong>r a listas lo más <strong>de</strong>talladas y completas posible. Deben promoversetodos los esfuerzos por documentar los casos <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición, pues su importancia es vital para142
compren<strong>de</strong>r lo ocurrido y quizás aportar a la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>saparecidos cuando se <strong>de</strong>la oportunidad. Desafortunadamente, investigaciones en varios países sugieren que en casicada situación un número significativo <strong>de</strong> víctimas permanece sin documentar, aun si se cuentacon un gran número <strong>de</strong> listas y una importante inversión <strong>de</strong> recursos. Y, como se observó enel acápite anterior, es muy poco probable que estas víctimas invisibles constituyan una muestraaleatoria <strong>de</strong> todas las víctimas. Es probable que sean éstas las víctimas más pobres, las menosrelacionadas socialmente y las más aisladas geográficamente. Si el análisis cuantitativo tiene unpapel que jugar en la memoria histórica o en la justicia restaurativa, es probable que ese papelsea evi<strong>de</strong>nciar que estas víctimas invisibles existieron y que <strong>de</strong>ben recordarse junto a aquellasque se conocen mejor.En este sentido, el caso <strong>de</strong> Casanare es muy similar al <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Ayacucho enPerú. En su Informe a la Comisión <strong>de</strong> la Verdad y la Reconciliación <strong>de</strong>l Perú, Ball et al. (2003)estimaron que durante la guerra civil peruana, que duró unos veinte años, se presentó una granproporción <strong>de</strong> homicidios indocumentados en Ayacucho, un <strong>de</strong>partamento pobre y aislado,lejos <strong>de</strong> las luchas urbanas <strong>de</strong> Lima. Aunque los nombres <strong>de</strong> esas víctimas son irrecuperables,el hecho <strong>de</strong> su victimización ya forma parte <strong>de</strong> la historia documentada. Ya no son víctimasinvisibles.En el caso <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sapariciones, quizás más que en el <strong>de</strong> los homicidios evi<strong>de</strong>ntes, el hecho <strong>de</strong>documentar los verda<strong>de</strong>ros patrones y magnitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la violencia representa un golpe directo alos objetivos <strong>de</strong>l perpetrador. Aquellos que cometen el crimen <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición forzada lo hacenpara mantener el secreto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito. En este sentido, no tomar en consi<strong>de</strong>ración los “datosfaltantes” y producir una estimación confiable y rigurosa a pesar <strong>de</strong> los datos faltantes pue<strong>de</strong>interpretarse como una ganancia para el perpetrador. No documentar las víctimas <strong>de</strong> violaciones<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos más vulnerables socialmente refuerza esa vulnerabilidad. Por el contrario,las estimaciones científicamente <strong>de</strong>fendibles que dan cuenta <strong>de</strong> las víctimas invisibles producenganancias no sólo para una comprensión <strong>de</strong>l conflicto sino también para los futuros esfuerzos <strong>de</strong>enjuiciamiento, reparación y prevención.Es importante señalar que las interpretaciones cuantitativas no sustituyen las interpretacionescualitativas, y viceversa. Mientras que las estimaciones cuantitativas pue<strong>de</strong>n ser enormementevaliosas como indicador <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros patrones y la magnitud <strong>de</strong> la victimización, no pue<strong>de</strong>naportar la “<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>nsa”, es <strong>de</strong>cir el contexto necesario para una cabal comprensión<strong>de</strong> los patrones <strong>de</strong> violencia. Por otra parte, las interpretaciones cualitativas pue<strong>de</strong>n no serrepresentativas; pue<strong>de</strong>n enfocar <strong>de</strong>masiado estrechamente un caso único o un grupo <strong>de</strong> casos,perdiendo <strong>de</strong> vista así las ten<strong>de</strong>ncias y los patrones más amplios.Para citar un ejemplo, la masacre <strong>de</strong> El Mozote (e.g., Danner 1994) podría interpretarse <strong>de</strong>manera muy diferente si hubiera sido un caso aislado. Sin embargo, la evi<strong>de</strong>ncia cuantitativa<strong>de</strong>mostró que esa masacre, aunque importante, forma parte <strong>de</strong> un patrón más amplio porparte <strong>de</strong> las fuerzas armadas salvadoreñas (Naciones Unidas, 1993). Igualmente, podríamosinterpretar la masacre <strong>de</strong> manera diferente si fuera la modalidad <strong>de</strong> homicidio predominanteen este conflicto. Sin embargo, una vez más los registros estadísticos <strong>de</strong>muestran que la mayorparte <strong>de</strong> los homicidios durante la guerra civil <strong>de</strong> El Salvador no ocurrieron en el contexto<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s masacres, a pesar <strong>de</strong> su frecuencia. La información cualitativa y cuantitativa secomplementan. Ninguna <strong>de</strong> ellas es suficiente por sí sola.Volviendo al tema planteado al inicio <strong>de</strong> este articulo, es importante enten<strong>de</strong>r que la fuerza<strong>de</strong> la información cuantitativa al mismo tiempo representa un riesgo. Por muchas razones,las cifras poseen una fuerza retórica consi<strong>de</strong>rable; suele ocurrir que cada “lado” en un <strong>de</strong>bateCinep • Cospacc143
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