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ISSN 0123-3637 - Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo

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Casanare: exhumando el genocidiozona como “los Urabeños’, comenzó a operaren Casanare, como parte <strong>de</strong> una estrategia <strong>de</strong>expansión territorial trazada por Carlos y VicenteCastaño con la cual buscaban la apropiación <strong>de</strong> losrecursos petroleros <strong>de</strong> la región y el control militar<strong>de</strong> una zona bastante conflictiva.Si se observa con atención, la producción <strong>de</strong>lfenómeno paramilitar en Casanare resulta unproceso más complejo <strong>de</strong> lo que parece, no es sóloun espejo <strong>de</strong> la actividad insurgente o una reaccióna la expansión guerrillera y a su penetración en lospo<strong>de</strong>res locales (alcaldías, gobernaciones, ministeriopúblico). Al analizarlo regionalmente resulta evi<strong>de</strong>ntesu ligazón a los diferentes procesos económicos,es <strong>de</strong>cir, a los diferentes procesos <strong>de</strong> acumulaciónque ha sostenido la región en su <strong>de</strong>venir. Por esavía es que este fenómeno se articula al Estado. Enello convergen fuerzas militares y paramilitarismo:son el instrumento <strong>de</strong> una forma <strong>de</strong> acumulación(lo que no niega contradicciones ocasionales entreellos <strong>de</strong> acuerdo a intereses diversos y relaciones<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r). Cuando Casanare <strong>de</strong>sarrolló un mo<strong>de</strong>loagropecuario, el paramilitarismo se concentró enla protección <strong>de</strong> la economía hacendaria y <strong>de</strong> losgamonales. Luego, con la adopción <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>loagroindustrial volcó sus intereses a ese sector, nosólo brindando seguridad sino apropiándose <strong>de</strong>tierras para expandir los negocios. La entrada<strong>de</strong>l narcotráfico supondría para las auto<strong>de</strong>fensas,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una función <strong>de</strong> seguridad, apropiación<strong>de</strong> tierras y protección <strong>de</strong>l negocio ilícito, un retofrente a ciertos sectores <strong>de</strong>l Estado y su políticaantidrogas.Finalmente, con la emergencia <strong>de</strong>l boom petrolero,la labor <strong>de</strong>l paramilitarismo se hizo más complejay se dispuso en varios frentes. En primer lugar,<strong>de</strong>bía alejar a la guerrilla <strong>de</strong> los pozos con ayuda<strong>de</strong>l Ejército y <strong>de</strong>spejar regiones como la veredaEl Vegón, en Recetor, para el inicio <strong>de</strong> nuevostrabajos <strong>de</strong> exploración. Entre tanto, había quemantener a raya aquellas pretensiones <strong>de</strong> lasorganizaciones sociales que entorpecieran la lógica<strong>de</strong> acumulación <strong>de</strong>l capital transnacional y privado.En segundo lugar, su objetivo fue apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>la mayor cantidad <strong>de</strong> recursos provenientes <strong>de</strong>esta economía con evi<strong>de</strong>ntes fines <strong>de</strong> lucro, peroa<strong>de</strong>más, con el fin <strong>de</strong> garantizar el crecimiento <strong>de</strong>sus fuerzas. Por último, el paramilitarismo se avocóa mantener el control social y político <strong>de</strong> la región,sembrando miedo, eliminando opositores políticos,pero a<strong>de</strong>más, dominando el Estado en todos losniveles.El proyecto avanzó a tal punto que cerca <strong>de</strong> 3.000hombres en armas se movían sin problemas entodo el <strong>de</strong>partamento y otros tantos ocupabanlas oficinas <strong>de</strong> la gobernación, las alcaldías yhasta las personerías. Aunque los diferentesgrupos convergieron, el móvil económico fuetan evi<strong>de</strong>nte que llevó a muchos a enfrentarseentre sí. La hegemonía sobre regiones <strong>de</strong>l norte y<strong>de</strong>l sur que puso en guerra a Urabeños (AUC) yBuitragueños (ACC) entre 2001 y 2003 no era sóloun asunto <strong>de</strong> jurisdicciones, o una contradiccióneminentemente política frente al tema <strong>de</strong>l proceso<strong>de</strong> paz con el gobierno <strong>de</strong> Uribe, el centro <strong>de</strong> ladisputa fue una discusión sobre quien controla queactividad económica, quien controla <strong>de</strong> qué modola sociedad.Pese a hechos como estos el paramilitarismo seapo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> Casanare. De un momento a otro esasociedad quedó bajo el dominio paramilitar <strong>de</strong> caboa rabo. Alcal<strong>de</strong>s, gobernadores, policías, militares,taxistas, muchos trabajaban para ese proyecto <strong>de</strong>acumulación económica basado en la apropiaciónsegura <strong>de</strong> la renta petrolera para las transnacionalesy <strong>de</strong> las regalías para una clase regional y nacionalligada al paramilitarismo. Junto a los recursos<strong>de</strong>l petróleo los paras acumulaban los réditos <strong>de</strong>lnarcotráfico, la agroindustria, la extorsión y el robo<strong>de</strong> tierras.Convergencias petroleras yparamilitares.En este punto las convergencias entre el negociopetrolero y el paramilitarismo son evi<strong>de</strong>ntes y casiinevitables. Convergencias que se anudan en su raíza un mo<strong>de</strong>lo petrolero transnacional y neoliberal<strong>de</strong> acumulación, y a un conflicto social irresuelto,pero que en su superficie se expresan <strong>de</strong> maneradiversa. Con frecuencia llamamos paramilitarismo aejércitos <strong>de</strong> ultra<strong>de</strong>recha auspiciados por el Estadoy el capital. No obstante sus formas, su proyectoy la i<strong>de</strong>ología que lo alimenta se revelan en otroslugares <strong>de</strong> la sociedad.Miedo, silencios y <strong>de</strong>sconfianza. Estos son los rasgosmás elocuentes <strong>de</strong> una región que vivió por años eldominio paramilitar y todas sus vejaciones, mientrasel negocio <strong>de</strong>l petróleo marchaba sin problemas.Al examinar el Casanare actual encontramos una“sociedad <strong>de</strong>l control” en don<strong>de</strong> el uso <strong>de</strong>l cabellolargo o <strong>de</strong> aretes en los hombres resulta motivosuficiente para morir, en algunos municipios. Haceunos años los horarios, sitios <strong>de</strong> tránsito y reglassociales se <strong>de</strong>bían cumplir sin contestación. Lafigura <strong>de</strong>l “macho” se afianzó, evocando no alllanero <strong>de</strong> antaño, sino al paramilitar o al petrolero,generalmente uribista, bien vestido y montado en86

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