Casanare: exhumando el genocidioEl mo<strong>de</strong>lo petrolero transnacional ha traído tambiénla militarización <strong>de</strong> la sociedad. La centralidad queposee este recurso energético para el capitalismocontemporáneo, así como el peso <strong>de</strong> esta activida<strong>de</strong>n un Estado clientelista y corrupto en tiempos <strong>de</strong>neoliberalismo, supuso la implementación <strong>de</strong> unaestrategia que permitiera proteger a las petroleras<strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>l conflicto armado colombiano y<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> actores como el ELN y las FARC.Estos grupos habían puesto en juego su estrategia através <strong>de</strong> la voladura <strong>de</strong> oleoductos, el chantaje, elsecuestro, las amenazas y un discurso <strong>de</strong> soberaníanacional <strong>de</strong> los recursos naturales. La actuación <strong>de</strong>lEstado encontraba allí su justificación, no obstante,lo indignante es que ello significó una guerra suciaque empleó mercenarios ingleses pagados por BP,técnicas <strong>de</strong> formación contrainsurgente empleadaspor la policía y violaciones a los <strong>de</strong>rechos humanosen las comunida<strong>de</strong>s vecinas a los pozos petroleros,a cargo <strong>de</strong> la Brigada XVI.Mientras se consolidaba el petróleo y la militarización,ocasionando una profunda transformación<strong>de</strong>mográfica, cultural, económica y social, elparamilitarismo se extendía. ¿Casualidad?, no. Elproyecto, o mejor, los proyectos paramilitares <strong>de</strong>Casanare coparon la sociedad casi por completo, aplena luz <strong>de</strong>l día, sin que resultara extraño el mutismo<strong>de</strong> la Brigada XVI o <strong>de</strong> las petroleras. Martín Llanos yArroyabe se apropiaron <strong>de</strong> la región, se la dividierony hasta pelearon por mantener fronteras territorialesque se traducían en el límite <strong>de</strong> regiones petroleras,agroindustriales, cultivos <strong>de</strong> coca y corredoresestratégicos. El control <strong>de</strong> estas zonas, en términosmilitares y económicos, les representaba lucro ypo<strong>de</strong>r, por ello pensar que el proyecto paramilitares simplemente contrainsurgente resulta ingenuo.Por cuenta <strong>de</strong> ese paramilitarismo, ligado sin duda a lafuerza pública, se impusieron otros rasgos culturalespropios <strong>de</strong>l Casanare actual: autoritarismo, control,violencia, miedo y un silencio inmenso bajo el cualhan quedado ocultos crímenes atroces. Son miles loscasanareños que llevan en su rostro las señales <strong>de</strong>lhorror con las cuales este <strong>de</strong>partamento entró al sigloXXI. Se trata <strong>de</strong> marcas <strong>de</strong> violencia imborrables,<strong>de</strong> dolores inconclusos por su impunidad, <strong>de</strong>humillaciones que no encuentran justicia que lasrepare. Hoy Casanare es, como muchas regiones<strong>de</strong>l país, un cementerio, un extenso campo santoque en su superficie apenas conserva una sociedadfrágil, paralizada y <strong>de</strong>slumbrada por los <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong>una riqueza petrolera que muestra allí, con singularpotencia, todas sus contradicciones.Esta imagen, un tanto impactante, no es fruto <strong>de</strong> unasimple conjetura o <strong>de</strong> una observación ocasional.Los testimonios <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s hablan <strong>de</strong>precarieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> conflictos, <strong>de</strong> violencias quecontrastan con los balances económicos y socialespresentados por los gobiernos recientes. En éstosse insiste en el “progreso” <strong>de</strong> la región a través <strong>de</strong>cifras que ponen al Casanare por encima <strong>de</strong> otros<strong>de</strong>partamentos en aspectos como la cobertura ensalud, servicios públicos y “<strong>de</strong>sarrollo”; todo, dicen,gracias al mo<strong>de</strong>lo petrolero. 2 Pero la pretensión <strong>de</strong>verdad <strong>de</strong> estos argumentos choca con la fuerza <strong>de</strong>la realidad, una realidad que <strong>de</strong>be ser reconstituidaa partir <strong>de</strong> un doble recorrido por la superficie yla profundidad <strong>de</strong> la sociedad, y no simplemente<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las estadísticas. Este texto preten<strong>de</strong> un breveanálisis sobre esa realidad oculta bajo las gran<strong>de</strong>scifras, relegada al nivel <strong>de</strong> noticias inconexas, yaislada, en sus manifestaciones, <strong>de</strong> los elementosestructurales que la <strong>de</strong>terminan.Casanare es hoy una sociedad petrolera yparamilitar. Tal sentencia es el punto <strong>de</strong> partidapara esta reflexión. Según Mauricio Uribe López:“La influencia sobre el presupuesto que la guerrillaalcanzó en Arauca la han alcanzado también losparamilitares en Casanare. Un funcionario <strong>de</strong>la Secretaría <strong>de</strong> Hacienda <strong>de</strong>l Departamento<strong>de</strong>claró a la prensa que 70% <strong>de</strong> la contratación lamanejan testaferros <strong>de</strong> paramilitares <strong>de</strong> uno y otrobando…” 3Región <strong>de</strong> petróleo, región <strong>de</strong> paramilitarismo. Unconjunto <strong>de</strong> preguntas se disponen alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>esta afirmación: ¿Cómo llegó Casanare a alcanzarestas dos condiciones? ¿Cuáles son los impactos<strong>de</strong> ello? ¿Cuáles son los fenómenos que hacenposible este estado <strong>de</strong> cosas? Nuestra intuicióninicial es que esta caracterización <strong>de</strong> Casanare esfruto <strong>de</strong> tres fenómenos convergentes y complejos.Primero, la difícil constitución <strong>de</strong> la región, signadapor el abandono <strong>de</strong>l Estado y múltiples conflictosagrarios, sociales y armados. Segundo, el mo<strong>de</strong>lopetrolero colombiano, particularmente en tiempos<strong>de</strong> neoliberalismo. Tercero, el mo<strong>de</strong>lo transnacional<strong>de</strong>l petróleo y el lugar que ocupa el “oro negro”en el capitalismo contemporáneo. En cada procesoparticipan actores con intereses y estrategias queintentaremos rastrear alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una preguntacentral: ¿cómo fue que se configuró esta sociedadcasanareña, petrolera y paramilitar, <strong>de</strong>l presente?2Existen balances como el que presentó el gobierno<strong>de</strong> Álvaro Uribe en Yopal en 2005; <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ConsejoAnticorrupción <strong>de</strong> Casanare, a<strong>de</strong>lantado por elPrograma Presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> Lucha contra la Corrupción.3En: “Plata, piñata y guerra: el caso <strong>de</strong> las regalías”,En: Hechos <strong>de</strong>l Callejón, año 1, número 2. PNUD.Bogotá, abril 200580
Las intuiciones que hemos expuesto atraviesanel análisis <strong>de</strong> varios procesos que organizaneste texto y que convergen para darle forma a lasociedad casanareña actual: el conflicto agrarioy sus actores, la presencia <strong>de</strong>l petróleo y lastransnacionales y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l conflicto armadoy el paramilitarismo.De tierra, campesinos, organizacionessociales y conflictos.La ambigüedad parece ser una condición propia<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo histórico <strong>de</strong> Casanare. Des<strong>de</strong> tiemposremotos ésta fue una región <strong>de</strong> riquezas naturales,haciendas inmensas y pobreza. Fue escenario <strong>de</strong>lcolonialismo y tierra privilegiada para la libertad. Yaen el siglo XX se constituyó en teatro <strong>de</strong> la violenciapartidista y <strong>de</strong> la, no siempre afortunada, migración.En el presente encontramos aún las huellas tensas<strong>de</strong> esa historia, y sobre ellas, una región epicentro<strong>de</strong>l capital transnacional y <strong>de</strong>l paramilitarismo.En esta ambigüedad persistente cobraron formamúltiples conflictos; el principal estuvo ligado ala inequitativa distribución <strong>de</strong> la tierra. Como lo<strong>de</strong>muestra el pleito suscitado en torno a la propiedad<strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> las Atalayas y Pueblo Viejo <strong>de</strong>Cusiana, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el periodo colonial se produjo unadinámica <strong>de</strong> apropiación <strong>de</strong> la tierra basada enel ejercicio <strong>de</strong> la arbitrariedad, la dominación y lafuerza; ejercicio que <strong>de</strong>jó a la población indígenasin territorio y con<strong>de</strong>nada al exterminio. Luego,el siglo XIX señaló una franca <strong>de</strong>sigualdad en lapropiedad. Gran<strong>de</strong>s haciendas como Caribabare oTocaría, contrastaban con los pequeños terruños <strong>de</strong>campesinos apostados en las faldas <strong>de</strong> la CordilleraOriental.Llegado el siglo XX Casanare vivió procesos<strong>de</strong> migración y poblamiento signados por laviolencia bipartidista. De Boyacá y Santan<strong>de</strong>rllegaron muchos campesinos buscando tierras ytranquilidad sin saber que la Violencia venía trasellos. La región se fue nutriendo así <strong>de</strong> familiasque traían a cuestas los horrores <strong>de</strong>l conflicto y quepor lo mismo construyeron lazos sociales frágiles.Ellos se asentaron sobre todo en el pie<strong>de</strong>monte,constituyendo una parte importante <strong>de</strong> aquellaregión incomunicada, marginal, <strong>de</strong>pendiente y sinpresencia estatal que era Casanare en los años 50y 60. 44Ver: Raush Jean (1999) La frontera <strong>de</strong> los llanos en lahistoria <strong>de</strong> Colombia. Bogotá, Banco <strong>de</strong> la República- ElÁncora editoresPese a los parciales beneficios que para el final <strong>de</strong>los años sesenta supuso la creación <strong>de</strong> la AsociaciónNacional <strong>de</strong> Usuarios Campesinos ANUC y lastímidas leyes <strong>de</strong> reforma agraria <strong>de</strong>l gobierno<strong>de</strong> Carlos Lleras, el conflicto por la propiedad <strong>de</strong>la tierra en Co lombia se agudizó y la toma <strong>de</strong>propieda<strong>de</strong>s inexplotadas o <strong>de</strong> baldíos estuvo a laor<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día en las dos décadas siguientes; no sinla respuesta violenta <strong>de</strong> propietarios y autorida<strong>de</strong>s.En ese contexto surgió uno <strong>de</strong> los actores que estápresente a la llegada <strong>de</strong>l boom petrolero a Casanareen los años noventa: la ADUC.Li<strong>de</strong>rada por campesinos ligados a los partidostradicionales, la Asociación <strong>de</strong> UsuariosCampesinos <strong>de</strong> Casanare inició su vida en losaños setenta a través <strong>de</strong> su constitución jurídica y<strong>de</strong> varias recuperaciones <strong>de</strong> tierras amparadas porla legislación <strong>de</strong> la época. Tras una crisis que porpoco la lleva a su <strong>de</strong>saparición, esta Asociaciónlogró reconstituirse en la década siguiente graciasa la iniciativa <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res Carlos Arrigui y LuísMaría Jiménez. 5 Fruto <strong>de</strong> los programas <strong>de</strong>capacitación y <strong>de</strong> su articulación con los sectorescívicos y sindicales, la organización se extendió avarios municipios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento, catalizandolas luchas por la tierra y convirtiéndose en un actorpolítico y gremial con capacidad <strong>de</strong> movilización,organización y propuesta política.El primer Congreso Campesino Inten<strong>de</strong>ncialrealizado en agosto <strong>de</strong> 1991 6 y el Foro Petrolero<strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>l mismo año revelaron el alcance <strong>de</strong>lmovimiento campesino y su posición crítica frenteal tema petrolero. A estos eventos se sumaron paros5AMUC YOPAL (1991) “Informe <strong>de</strong> “AMUC-YOPAL”Al Primer Congreso Campesino Departamental <strong>de</strong>Casanare”. Pág. 1 <strong>de</strong> 3. En: ACOSPACC6ANUC (1991) Borrador <strong>de</strong> las memorias <strong>de</strong>l PrimerCongreso Departamental Campesino <strong>de</strong> la ANUC.Mecanografiado. Pág. 2. En: ACOSPACCCinep • Cospacc81
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