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Cada alumno expuso ante sus compañeros
una descripción de su familia, realizó un dibujo
y se configuraron los árboles genealógicos en
inglés.
Posteriormente, los alumnos comentaron ante
los compañeros una anécdota graciosa que
alguna vez pasó en su familia. Así como las
respuestas de entrevistas realizadas a sus
propios padres.
También se trabajaron los nombres y los
apellidos; por un lado, conociendo cómo se les
llama a los niños y niñas en Senegal. Sirva de
ejemplo que cuando nacen dos niñas gemelas,
se les llama Awa y Adama. Por otro lado,
nuestros alumnos hablaron ante sus
compañeros del por qué sus padres eligieron
su nombre, su seña de identidad, así como una
serie de preguntas relacionadas con la misma.
Durante una semana, además, se les asignó a
cada niño y niña un nombre senegalés,
extraídos de la lista de alumnos del centro de
Zarebene en Senegal y tanto maestros como
alumnos se saludaban cada día con su
nombre senegalés en el idioma local de allí, el
mandinga y wolof, así como en castellano e
inglés.
Entre otras actividades, señalar también
aquellas que hemos realizado de manera
conjunta con el proyecto de Escuelas
Promotoras de Salud en el cual estamos
inmersos. Para ello, nos hemos centrado en la
comida en familia, haciendo uso del material
visual de Abaraka analizando la alimentación
propia de Senegal y haciendo uso del libro
anteriormente nombrado Hungry planet, con
el cual los alumnos trabajaron la pirámide
nutricional, hábitos saludables de alimentación
y conceptos matemáticos en relación a la
cesta de la compra.
La implicación del claustro es un hecho a
destacar. Si hay una actitud clave que
caracteriza al educador en ciudadanía global
es la capacidad para contagiar esperanza e
ilusión en estos valores, buscando paciente y
tenazmente, en compañía de otros, las llaves
de la transformació n personal, colectiva y
social.
Desde el CRA Palmira Plá y la Asociación
Zarabene, queremos dar las gracias a la gente
de Abéné por lo que nos ofrecieron durante
los días que estuvimos allí, siendo conscientes
de nuestra deuda con ellos por la lección de
cómo se puede vivir con menos, ser feliz y
mirar hacia adelante.
Estamos motivados en educar niños
coherentes con el mundo en el que viven,
comprometidos con nuestro planeta como
ciudadanos globales y motivados por crear un
mundo más justo y solidario. Niños que crean
que pueden transformar el mundo en el que
vivimos en el mundo en el que queremos vivir.
ABARAKA (gracias en Mandinga, idioma local de Abéné)
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