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uno de los cinco folletines, dando a elegir el
que más les gustase, tras unas presentaciones
y el consejo de sus compañeros de años
anteriores. La extensión es muy similar en los
cinco (entre 200 y 220 páginas), y la división
por capítulos permite también una lectura en
varias sesiones -no olvidemos que en su
origen fueron publicados como los folletines
decimonónicos-. Al mismo tiempo, ofrecíamos
la posibilidad de aumentar las lecturas con
otros textos del autor, como los relatos
contenidos en Geórgicas o la novela corta
Caballos de labor. De parte de este trabajo dan
cuenta varias entradas en el blog del
departamento del instituto:
http://lenguayliteraturamonreal.blogspot.com.
es/ realizadas por los alumnos durante el
segundo trimestre. Junto a ello, realizábamos
controles de lectura semanales que permitían
comprobar que se iba al día con los capítulos
y que se estaba entendiendo la novela. Por
último, se señalaban y explicaban diversos
aspectos narrativos, históricos o culturales que
requerían más detenimiento a la vez que se
preparaba la presentación para el encuentro
con el escritor, que en este caso tuvo lugar el
pasado 13 de marzo.
Y es que cualquiera de sus cinco folletines
permite un acercamiento plural y variado a
diversos aspectos de la historia y de la
sociedad turolense de los dos últimos siglos,
desde mediados del XIX hasta la actualidad.
Así, con el primero de ellos Fabricación
británica podemos conocer a un periodista
británico –Lewis Gruneisen- que fue el primer
reportero de guerra de la historia…en el
Maestrazgo turolense durante la I Guerra
Carlista, a la vez que nos adentramos en una
narración romántica ad hoc, vemos retazos de
la pintura británica (John Constable) y
asistimos a un viaje personal de conocimiento
y madurez del personaje de Charles Lamb,
reportero gráfico que acompaña al mentado
Gruneisen en su marcha por tierras turolenses.
Además, para asignaturas de ciencias está
también la geología turolense, tema que
aparece con cierta frecuencia en la novela de
Antonio Castellote.
Con Los ojos del río, su segundo folletín, la
narración cambia de tiempo y se sitúa en el
presente, en el Teruel que está a punto de
celebrar las fiestas de las Bodas de Diego e
Isabel, con alusiones al pasado modernista de
la ciudad (que luego adquirirá protagonismo
principal en el siguiente folletín), la huella de la
Guerra Civil, la presencia e importancia cada
vez más constante de la geología en la
provincia y la vida cotidiana de nuestra ciudad
y pueblos (en este caso de la Sierra de
Albarracín).
El siguiente folletín Una flor de hierro vuelve al
pasado –al Teruel de comienzos del siglo XXy
cambia la perspectiva narrativa, esta vez
desde una tercera persona (narrador
omnisciente) que será la que continuará en las
siguientes novelas y con la que, pensamos,
más a gusto se siente Antonio Castellote. En
la obra la acción también se sitúa en tierras del
Jiloca y la minería de Ojos Negros (con
episodios en los que se alude a las luchas
obreras), en una provincia en la que el tren –
elemento de progreso y desarrollo- cobra una
especial relevancia (como también lo hará en
La enfermedad sospechosa) y las referencias
a la presencia del modernismo turolense, con
Pau Monguió a la cabeza, son constantes.
Para los alumnos resulta sumamente
interesante poder ver in situ los lugares del
modernismo (recordando la excursión del
curso pasado para visitar los lugares del
modernismo en Teruel) que aparecen en la
novela, a la vez que aprovechamos para
recordar el papel clave que jugaron las minas
de hierro de Ojos Negro en el desarrollo
económico de la zona.
La cuarta novela Otoño ruso ha sido en estos
tres años la que más han elegido nuestros
alumnos debido tal vez al hecho de que la
acción transcurre en la actualidad y está
protagonizada por tres adolescentes que
también estudian 1º de Bachillerato en el
Instituto Vega del Turia de Teruel. El tiempo
que se narra es el de los años inmediatamente
anteriores a la crisis económica que todavía
hoy padecemos, y vemos algunos de los
temas y motivos que suelen aparecer en la
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