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ordenarlas bajo la ley de la reproducción. Las descripciones sutiles de las<br />

tácticas bearnesas o cabileñas desembocan a menudo en verdades asestadas,<br />

como si a una complejidad tan lúcidamente procurada faltase el contrapunto<br />

brutal de una razón dogmática. Y también contrastes del estilo,<br />

marrullero y laberíntico en esas cacerías, y masivamente repetitivo en<br />

sus afirmaciones. Extraña combinación de un "sé muy bien" (esta proliferación<br />

astuta y transgresora) y de un "pero aun así" (debe haber un sentido<br />

totalizador). Para escapar de esta agresiva seducción, supongo (a mi<br />

vez) que en este contraste debe estar en juego algo esencial para el análisis<br />

de las tácticas. La cobertura que la "teoría" de Bourdieu arroja sobre ellas<br />

como para extinguir sus fuegos al certificar su docilidad a la racionalidad<br />

socíoeconómíce, o como para celebrar su funeral al declararlas ínconsdentes,<br />

debe enseñamos algo sobre su relación con toda teoría.<br />

Estas tácticas, por sus criterios y sus procedimientos, utilizarían<br />

de una manera tan autónoma la organización institucional y simbólica,<br />

que de tomarlas en serio se perdería la representación científica de la sociedad,<br />

en todos los sentidos del término. Sus postulados y sus ambiciones<br />

no lo resistirían. Normalidades, generalidades y divisiones cederían<br />

ante la pululación transversal y "metaforizante" de esas micro actividades<br />

diferentes. La matemática y las ciencias exactas afinan interminablemente<br />

sus lógicas para seguir los movimientos aleatorios y microbianos<br />

de fenómenos no humanos. A las ciencias sociales, cuyo, objeto es más<br />

"sutil" todavía y el instrumental más burdo, les quedaría defender sus<br />

modelos (es decir, una ambición de dominio) al exorcizar semejante proliferación.<br />

De hecho, según los métodos probados del exorcismo, la consideran<br />

singular (local), inconsciente (extraña en su principio) y, sin que<br />

10sepa, reveladora delconocimiento que tiene sobre ello su juez. Cuando<br />

"el observador" se encuentra bastante encerrado en su institución judicial,<br />

por tanto bastante ciego, todo transcurre bien. El discurso que produce<br />

tiene el aspecto de resistir.<br />

En Bourdieu, nada de eso. Desde luego, en un primer nivel (demasiado<br />

evidente), finge salir (ir hacia estas tácticas), pero para volver a<br />

entrar (confirmar la racionalidad profesional). Esto sería solamente una<br />

falsa salida, una "estrategia" del texto. Pero ¿acaso este apresurado volvera<br />

entrarno es signo de que conoce el peligro, tal vez mortal, que atraen<br />

al conocimiento científico estas prácticas demasiado inteligentes? Combinación<br />

(con unlejano eco de Pascal) entre la pulverización de la razón y<br />

una fe dogmática. Conoce mucho sobre el saber científico y sobre el poder<br />

que lo cimienta, 10mismo que sobre estas tácticas de las que vuelve a<br />

usar los ardides con tanto virtuosismo en sus textos. Esconderá estos ardides<br />

tras las rejas de la inconsciencia y negará, con el fetiche del habitus,<br />

lo que falta a la razón para que sea algo más que la razón del más fuerte.<br />

Afirmará, con el habitue, lo contrario de lo que dice -táctica popular tradi-<br />

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